Trabajar para prestigiosas revistas de moda no ha alterado un ápice la capacidad de Lucia Giacani (Italia) para mezclar surrealismo y creatividad al tiempo que descubre determinadas parcelas de su subconsciente, como si la vida de la autora, sus emociones, se pudieran ver reflejadas en sus imágenes.
Esto no quita para que muchas de sus protagonistas más parezcan maniquíes, inexpresivas, artificiales, y aún así, sabe huir de esas muecas de languidez, casi de derrota que tan “de moda” se ha puesto en la fotografía de moda. Lucia Gancani dota a sus personajes de una fuerza vital que impregna no ya a sus modelos, también a lo que muestran, y quizá este ahí su éxito.
Si la fotografía de moda pretende vendernos un producto determinado, no cabe duda que la fotógrafa lo consigue, ante sus instantáneas quedas enganchada, prendada de esos objetos; y si, explotando nuestra vena consumista, pero de una belleza exquisita, sus colores, sus puestas en escena en las que vamos a encontrar desde series inspiradas en cuentos infantiles, a los sueños más delicados, pasando por montajes impensables o desarrollando un particular estilo pop con una planificación exhaustiva y una minuciosidad preparación que no deja lugar a la improvisación, aunque si a la imaginación.
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