Margarita Rita Rica Dinamita, en el Reina Sofía
Margarita Rita Rica Dinamita es Margarita Azurdia
Margarita Rita Rica Dinamita es uno de los varios nombres que la artista guatemalteca (1931-1998) tuvo para expresar procesos de transformación personal.
Pintora, escultora, performer, poeta, esta artista que estará en el Museo Reina Sofía de Madrid hasta el 17 de abril en las salas temporales del edificio Sabatini en la planta 3, nos dará buena cuenta de ello.
“Considerada como feminista, ecologista, animalista”, en palabras de Borja- Villel, la Comunidad de Madrid patrocina esta primera individual de la artista, con un total de 150 obras entre esculturas, pinturas, dibujos, fotografía y vídeo.
La comisaria de la exposición, la historiadora guatemalteca Rosina Cazali (especializada en arte contemporáneo de Guatemala) habla de Margarita como una mujer desconocida aun hoy fuera de su tierra.
Unas notas de su vida
Hija de una familia de clase alta (padre guatemalteco y madre española) se convirtió en Margot Fanjul al casarse con un empresario con el que tuvo tres hijos.
Tras un viaje a Los Ángeles empezó a pintar figuras geométricas, veremos como va cambiando porque según la comisaria, “su producción ha estado eclipsada por su vida y sus avatares“. En sus transformaciones la sociedad la censura y castiga; ella se enfrenta y avanza de manera independiente, después de su separación, da un nuevo cambio de nombre (reflejando su cambio personal).
Cambios que implican transformaciones
En estos cuarenta años, la artista pone énfasis en la diversidad cultural, el sincretismo cultural y religioso y la identidad humana como manera de descubrimiento, realzando lo femenino.
A principios de los 60 Azurdia se fue a Palo Alto, y se interesó por la abstracción, a su vez en esta época, con el nombre de Margot Fanjul, comienza su incursión en el informalismo apostando por textiles indígenas guatemaltecos.
Margarita Rita Rica Dinamita recibe en 1969 una mención de honor en la Bienal de São Paulo por su serie Asta 104, en la que presenta mujeres zoomorfas que portaban fusiles, botas, bananas, serpientes y máscaras; todas ellas tienen un realismo mágico, también hacía happening con rituales espirituales procedentes de la diversidad popular guatemalteca.
En la década de los 70 se dejó influir por filosofías orientales y se plantea una nueva espiritualidad; en ese contexto realizó las esculturas por las que obtuvo la mención honorífica en la X Bienal de Sao Paulo.
La artista, en la X Bienal de Arte (Medellín 1970), realiza la acción “por favor quitarse los zapatos” invitando a los visitantes a caminar descalzos sobre arena húmeda para tener una experiencia sensorial.
Óvalos, figura recurrente
Una vez que Margarita Rita Rica Dinamita vuelve a Guatemala, realiza una exposición con un motivo de óvalos asociado a la cosmología, donde reside su origen y su naturaleza. Adquirió simbolismo el “punto omega”, desarrollado por el filósofo, paleontólogo y teólogo Pierre Teilhard de Chardin.
Margarita interviene en la III Bienal de Arte Colteper (1972) con una serie de esculturas inspiradas en óvalos. La comisaria de la muestra, Rossina Cazali, dijo que “La imagen de los óvalos siempre estará en las figuras de los óvalos abstractos, cercanos a la filosofía y la espiritualidad, que se verán en trabajos posteriores”.
En la serie de esculturas “Homenaje a Guatemala” (1971-1974) realiza 50 tallas de madera y evoca a los pueblos del altiplano guatemalteco en forma de retablos.
Realiza altares basados en la cultura de Guatemala, en la que añade a la cultura judeocristiana la variedad indígena, con una interpretación personal de la artista.
En la escultura llamada Las Bananeras, (71) presenta tres pequeñas figuras con bananas, plumas y cráneos, como diversidad identitaria y sincretismo cultural, aparece como símbolo la banana, que expresa por un lado la generosidad de la tierra, pero por otro está ligado a la conflictiva relación que mantuvo el país con la United Fruit Company que tan bien cuenta la novela “Trilogía Bananera” de Miguel Ángel Asturias.
La mujer se presenta como una valiente guerrera.
Después de terminar la serie de 1974 se traslada a París hasta el 82. En la capital se empapa de nuevos feminismos, de danza posmoderna y de body art llevando pinturas, libros de artista y poemas.
No presentará su serie hasta 1993 con una serie de dibujos conocidos como recuerdos de Antiguo es un recorrido introspectivo por los pliegues de la memoria, en los que la artista desbloquea experiencias traumáticas del pasado, la obra llamada Casa de Arte en 1992, cierra el ciclo de las pinturas autobiográficas a modo de catarsis creativa.
Durante su estancia en París, Azurdia abrió el espectro a la poesía, danza y el body art, en 1974 y 1982 realizó varios libros de artista como el denominado Rencontres.
Sus perros, sus amores.
Azurdia reivindica los lazos afectivos con sus perros a los que dedica su obra, entre ellos Lupita, Carbones, Solita y Guadalupe Valdez un lugar importante fue su último perro Milagros del Amor, una chiguagua que cogió herida y abandonada, que dio nombre a su archivo que conserva su legado, eran más que miembros de su familia.
Tras 8 años de ausencia, Margarita Azurdia vuelve a Guatemala en 1982, formando un grupo de danza experimental junto a Benjamín Herrarte y Fernando Iturbide al que llamaron “Laboratorio de creatividad, movimiento del cuerpo”.
En este grupo Margarita aporta su espiritualidad basada en la filosofía de la transformación y sanación personal, vinculada a la naturaleza y el medio ambiente, como podemos ver en sus vídeos performativos como producción personal. El grupo se disolvió, pero ella continuó su exploración personal con talleres de estudio, buena muestra de ello son las fotografías de Irene de Torrebiarte en 1996.
La diosa Gaia un personaje propio.
En los 90 se hace llamar Anastasia como la diosa brasileña en memoria de la esclava Anastasia, obligada en el siglo XIX a llevar una máscara de hierro; es venerada por sus poderes curativos, su comisaria se refiere a esta, como un ejercicio de autorretrato.
Un papel relevante es el de las mujeres y la naturaleza; ejemplo de ello es la serie de Recuerdos del Planeta Tierra (1990), en que trata de la relación de la naturaleza a través de la Diosa Gaia, expresa su sentimiento de la ecología y la conexión entre mente y cuerpo con el budismo y la filosofía, plasmando una nueva espiritualidad.
Margarita murió en la ciudad de Guatemala en 1998, dejando un legado rico en autoindagación y liberación personal.
Los Altares I y II (1998) realiza altares con ceremonias, en ellos habla de recuerdos infantiles afectivos con talla de madera representando a la diosa madre.
Después de su muerte se funda el Museo Margarita Azurdia en 1999, donde se pueden contemplar muchas de sus obras, que abren un campo cercano a la espiritualidad budista y a la filosofía personal.
Margarita Rita Rica Dinamita
Lugar: Museo Reina Sofía. Madrid
Fechas: Hasta el 17 de abril de 2023
Imagen destacada: Margarita Azurdia. Ceremonia de Amor y Paz en Kaminal Juyú. Impresión sobre papel fotográfico. 26 x 34 cm.