Sophie Calle en retrospectiva en el Pompidou de Málaga
Sophie Calle, referente internacional indiscutible
La muestra destaca los casi cuarenta años de trabajo creativo de Sophie Calle (París 1953) a través de obras emblemáticas de la colección del Centre Pompidou de Málaga que ilustran sus temas favoritos.
Hasta el 17 de abril de 2022 el Centre Pompidou Málaga dedica su exposición temporal a la obra de Sophie Calle. La artista es referente del panorama artístico francés e internacional considerada una creadora multidisciplinar, conceptual, fotógrafa y videoartista.
Temáticas
Sophie Calle, descendiente de judíos asquenazíes por parte de madre, nació al lado de un cementerio de Montparnasse. Pese a ello, su trabajo no habla de la muerte, aunque sí de la ausencia, de la pérdida, de la carencia, temas centrales de su trabajo, que -así- le permite distanciarse e incluso anestesiar el dolor.
“Un hombre que se marcha. Un cuadro que desaparece. Personas ciegas que nunca han visto el mar. Esas son mis imágenes. Pero no tengo una explicación y no se me pasaría por la cabeza buscarla”.
De la felicidad no habla porque la explota al máximo en vida. Fotografiar el dolor es una manera (quizás retorcida) de anestesiarlo, de no sufrir.
Su trabajo -que no le gusta que clasifiquen- está dentro de lo íntimo, una barrera que le permite hablar de sí misma hasta un límite auto señalado.
Podemos verlo en el trabajo del fallecimiento de su madre, en el que deja su vida al desnudo, algo habitual en ella.
Calle se expone para hablar de sí misma y servir de espejo al otro con su verdad: para ser hay que perder. A Sophie Calle le hubiera gustado ser cantante de ópera o escritora, que la gente se fuera con un libro debajo del brazo; y habría preferido la ficción, en vez de reflejar su propia realidad, pero se siente incapaz de hacer ficción.
Sophie viajó por el mundo de joven, en un momento en que viajar ofrecía la posibilidad de saber lo que cada uno quiere hacer.
Más adelante dejó París y comenzó su andadura en los setenta en Nueva York para ampliar horizontes y ser más reconocida como artista.
Calle feminista
Le parece un halago que le consideren feminista, aunque es muy consciente que su arte sería otro si hubiera nacido hombre. También lo es de la ventaja de poder llevar a cabo determinadas acciones: por ejemplo, su primer proyecto, en el que invitaba a extraños a dormir en su cama (si hubiera sido hombre le habría resultado más difícil).
Militó en la lucha en pro del aborto en los setenta, hasta la adopción de la ley Veil 1975, y se declaró feminista.
Su trabajo de la intimidad surge adelantándose a la época. Un momento en el que no existían las redes ni internet (rechaza las redes sociales, no tiene cuenta de facebook ni instagram).
Más que nada es una artista vouyeur, esboza su intimidad pero no la revela. “Lo que ustedes ven es solo la parte que acepto contar”, explica la artista; “además es una manera de no hablar de mí sino de los demás”.
Calle voyeur
En uno de sus trabajos se infiltró como limpiadora en un hotel veneciano e hizo imágenes de los enseres y retratos de la gente con textos de apoyo. En otra ocasión hizo la fotografía de la agenda de un señor y pudo hablar de él como si fueran detalles providenciales.
Incluso ella contrató a un detective para que la siguiera e iba detallando los recorridos con todo detalle, pues le gusta ser mirada para poder mirar y desde ahí hablar de lo colectivo.
La retrospectiva
La retrospectiva comisariada por Christine Macel, jefa del centro de creación contemporáneo repasa el trabajo de la artista a lo largo de cuatro décadas y sus temas recurrentes, como la intimidad, la ausencia, la muerte o las relaciones de pareja.
Las piezas expuestas en la muestra son:
El marido
La serie El marido (1995), formada por nueve paneles que narran las etapas de la historia de Sophie Calle con su exmarido Greg Shephard, como un diario que recoge sus palabras y las imágenes de aquella época.
El Hotel
El Hotel (1981), serie fotográfica de siete dípticos y texto, en la que Sophie Calle trabaja como camarera de piso de un hotel veneciano durante tres semanas para detallar su experiencia, aproximándose a la vida de desconocidos. Su trabajo representando los objetos, crean retratos de las personas que habitan en el hotel. El reportaje responde a nueve fotografías en blanco y negro de rastros, con el texto escrito a la altura de los ojos del espectador.
Dolor exquisito
Dolor exquisito (1984-2003), formada por nueve dípticos, cada uno compuesto por dos fotografías y dos textos bordados en un panel de lino. En los textos se mezclan las palabras de la artista con testimonios de personas anónimas a las que la artista preguntó ¿Cuál fue tu mayor dolor? Esta obra de 2003 está retomada para esta exposición, y aporta el bordado en lino de las palabras como incisión del dolor. La obra narra la ruptura con su amante durante un viaje a Tokio, la artista intenta borrar el dolor preguntando a otros; la fotografía en rojo y un hotel en Nueva Delhi se repiten (allí recibió la noticia de la ruptura). Los bordados en lino blanco sobre gris o al revés se desvanecen como su dolor.
Souris Calle
Souris Calle (2018) es uno de sus proyectos más recientes, compuesto por un conjunto de obras visuales y sonoras que realizó tras la muerte de Souris, su gato.
Para ello pidió a cuarenta músicos (entre ellos, Bono, Laurie Anderson y Pharrell Williams) que compusieran una pieza en su homenaje.
Aquí la escritura es sustituida por una colección de 40 canciones (recogidas en una lista de Spotify), que va acompañada con imágenes de su gato titulado Souris Calle con 1 hora 32 minutos.
No sex Last Night
La muestra termina con la proyección de la película No Sex Last Night (1992), una road movie a modo de diario rodada en 35 mm, y que narra un momento de la relación con su exmarido cuando estaba acabando; se grabó en off la voz escondida del otro.
Ella sabía que el sueño de Greg era hacer una película, y quiso rodarla de manera autobiográfica, como una forma de seguir su camino.
En este trabajo autobiográfico está presente su vida, que se convierte en arte como una manera subjetiva de ver su relación con él.
A modo de diario relata su relación en un momento en que no hay sexo y en el que él tiene más conexión con su auto que con ella.Inevitablemente ella comienza a sentir celos del coche, hasta que él le confiesa que escribe cartas de amor a otra mujer.
Esta película le sirvió de reconocimiento en Francia cuando en EE.UU. estaba ya consolidada como artista.
Un trabajo interxual
Su trabajo tiene una intertextualidad entre imagen y textos, que aportan una información descriptiva de todos los detalles de las imágenes a modo de archivos.
En una ocasión contó con la colaboración de Paul Auster, que habló de ella como gran artista conceptual. En cualquier caso, ella ha aportado el objeto libro como si de una maleta se tratara y lo ha llevado a las galerías con las imágenes, no al revés.
Cuatro décadas en las que la artista ha trabajado con la palabra escrita y la obra gráfica. Sophie Calle es una fotógrafa singular y original que adoptó este medio para contar sus historias y sufrir lo menos posible.
Es, en definitiva, una visión implicada, que abraza la vida y por lo que, sin duda, en 2010 recibió el prestigioso premio Fundación Hasselblad.
Sophie Calle
Fechas: Hasta el 17 de abril de 2022
Lugar: Centre Pompidou de Málaga
Web
Horario: Lunes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo
9:30 – 20:00h (Incluyendo festivos).
