Colografías de la artista cubana Belkis Ayón. El grabado como expresión.
BelKis Ayón en el Reina Sofía
Belkis Ayón (La Habana 1967- 1999) artista cubana que vió truncado su futuro cuando a los 32 años se suicidó.
La artista está considerada uno de los máximos exponentes del grabado, participó en la Bienal de Venecia en 1993 y su obra se expone en el Reina Sofía en el edificio Sabatini en la planta 3 hasta el 18 de abril, con una retrospectiva que compila cerca de 50 grabados realizados desde 1986 a 1999.
La sociedad secreta de los Abakuá
El tema central es la sociedad secreta de los Abakuá, original de la región de Calabar (en la actual Nigeria) llevada a Cuba por los esclavos africanos a principio del XIX.
La hermandad hecha por los hombres exclusivamente hacia los hombres, guarda aún un misterio, que la artista, desde su punto de vista, estudia, y hace que esta tradición practicamente oral, -la interprete y la critique hablando así de la marginalidad, la censura, la intolerancia, la violencia, la falta de libertad- esta sociedad actualmente cuenta con 30.000 seguidores.
La diosa Sikán
La princesa-diosa Sikán, que es sacrificada por los hombres de esta comunidad secreta, es considerada un ‘alter ego’ de Belkis Ayón.
La leyenda de iniciación de abakuá es el descubrimiento del pez sagrado, o ser sobrenatural (que aparecerá constantemente en sus grabados) que es enviado por Abasi ( Dios supremo), por la princesa Sikán originaria de la nación de Efo.
Tanze que traería la paz a las diversas naciones de la región de Calabar, sumidas en guerras tribales, fue llevado hasta Nasakó (adivino de la comunidad) quien impondrá un juramento de silencio a la princesa, con el fin de evitar el recrudecimiento de las guerras.
Colografías
La artista trabaja el grabado, al principio litografía, xilografía, linóleo y colografía y más adelante se centra en las colografías, siendo esta técnica un tipo de grabado que consiste en pegar a una plancha de cartón diferentes capas a modo de collage, así consigue númeras formas, volúmenes, texturas y alcanza gran relieve.
Ella usaba papel, cartón, lija, peladuras de frutas o verduras y pintura acrílica… La silueta está siempre presente hasta el final en la que la artista se incluye.
Son figuras enigmáticas, no se sabe su sexo y juegan con una gran ambigüedad. Los personajes femeninos en la obra gráfica de Ayón no tienen boca, a fin de representar la ausencia de mujeres en la religión abakuá.
A las mujeres no se les permite participar en esa sociedad, pero, para la artista, no dejaban de estar presentes. Fue abandonando el color de los primeros grabados para centrarse en el blanco y negro. Sus grabados que oscilan entre 6 y 10 ejemplares por edición están en diferentes Museos como la Tate, el Moma o el Nacional de Bellas Artes de la Habana.
Varias obras
La cena es la exposición en sus tres momentos, en la matriz de 1988 y la impresión de la cena en Blanco y negro en el 91, es una obra grande de 100×70 cms que permite controlar las tintas sobre las matrices con el tórculo que vertebra la trayectoria de Ayón, su temática abakuá le da el contenido ideológico.
Cubierta con un traje de escamas, acechada por una mano por detrás de su cuerpo, con sus brazos atados a unas cadenas, así la representa Ayón en “La sentencia” (1993), siendo enjuiciada e impávida ante dos serpientes que se le aproximan.
Ella estampa el miedo, el dolor, la incertidumbre, no solo de este personaje, sino también el suyo propio. El marcado carácter autorreferencial de su obra queda develado en la representación de Sikán, cuya piel se convierte en su piel, y cuya mirada pareciera contener la de la artista.
Al final de la exposición hay una serie de tondos donde la artista se autorrepresenta.
Y es que en ese círculo se encontraba ella, su fuerza, sus manos, luchando por escapar de ese caos interno que le acechaba.
La artista y su obra terminan por fundirse, tal y como sucediera en vida. Sus decisiones, sus angustias están en esa necesidad de querer salir de ese círculo que se cerró.
Reflexiones de la Comisaria
Cristina Bives, comisaria y amiga de la artista de la exposición, dice que ésta «construyó un discurso universal contra la marginalidad, la frustración, el miedo, la censura, la intolerancia, la violencia, la impotencia y la falta de libertad». Y lo hizo con un trabajo que «emana, en apariencia, religiosidad, mitología y misterio», pero siempre camuflando los verdaderos intereses de la artista: «Su obra es más política de lo que parece».
Las claves de su muerte, dice, «siguen siendo una incógnita para la comunidad artística que admiró su ascenso a los circuitos del arte más exigentes».
Su obra además de un discurso de género es también de la ética de los conflictos raciales y de la religiosidad.
Belkis representa con drama lo no representado
Este arte se vió camuflado por su técnica para no caer en la censura de la isla. Su época creativa coincide con la crisis de cuba y no se puede desligar del drama de la obra de Belvis.
Su trabajo no tiene que ver con la religión, sino que ella parte de la postmodernidad en la que detrás de la crisis ella usa herramientas, la sociedad secreta, su crítica racial para hablar de sus necesidades y de su mundo como lo hizo Silkán, la traición, la agonía, el desasosiego y la angustia, están presentes.
Belkis representa lo no representado y su secreto, su narratividad del mito le hace tener su postura crítica y encontrada contra la represión y la censura y articula su discurso que cobra más fuerza cuando su obra se hace monocroma, ella por su condición quiere liberarse pero no puede en esa obra conclusa titulada “Déjame salir” de 1997, creando un impacto dramático sobre su vida.
La religión Abakuá se ha convertido en una proyección de sus mitos y de la situación de Cuba. Vemos como tiende puentes desde la tradición a lo contemporáneo de su discurso, con una clara impronta de su fuerte personalidad.
Colografías
Artista: Belkis Ayón. Web.
Lugar: Museo Reina Sofía
Fechas: Hasta el 18 de abril de 2022
Imagen destacada: Belkis Ayón. Nlloro 1991. Colografía sobre papel. 215 x 300 cm. Estate de Belkis Ayón, La Habana, Cuba