Dean Snow y su visión de la Génesis del arte
“Arte prehistórico femenino” es el estudio Dean Snow que vamos a explorar. Cómo a partir de su estudio de las manos en las cuevas parietales, el arte está demostrado que lo hacen las mujeres.
Hemos querido profundizar en el tema por el reciente día Europeo del Arte Rupestre que se celebró el pasado 9 de octubre.
Desde el punto de vista arqueológico, existe un sesgo masculino o androcéntrico en la visión o interpretación del arte. Sin embargo, están pareciendo algunas pruebas que apuntan a su realización por mujeres.
El arte prehistórico realizado por mujeres nos ha dejado un legado que se remonta a 300.000 años. En el Paleolítico el arte representaba aquello que se conocía. En general, se grababa y estampaba lo más inmediato: las manos, los animales que cazaban o vivían en su entorno. Por ello, la técnica aprovechaba muy bien los relieves de las cavernas en que se pintaban, dando volumen a sus estampaciones y bajorrelieves.
Las primeras representaciones artísticas se conocen como arte rupestre o arte parietal, y las segundas, como arte mobiliar cuaternario.
No debemos olvidar la importancia que la mujer ha tenido en el arte del período. La mujer cuidaba de los hijos pero también trabajaba en las cuevas plasmando sus grabados.
Cuevas de Altamira
Se han hallado paredes con los perfiles de senos bien definidos.
En ese período de 300.000 años aparecen grabados muy realistas de vulvas femeninas, Más tarde se esquematizarían en triángulos y perdurarán durante todo el arte paleolítico. También en la época perigordiense aparecen esculturas femeninas de pequeño formato realizadas en asta, jade o marfil, y se realizaban incluso en colgantes.
Arte parietal
Los primeros descubrimientos paleolíticos femeninos de la era cuaternaria se efectúan en 1864, en Laugerie Basse. En el yacimiento francés se halló una figurita de marfil sin cabeza y con el sexo claramente marcado, lo que motivó su denominación de «venus impúdica».
Menus Impudique
Fue encontrada por Paul Hurault, VIII Marqués de Vibraye en el famoso sitio arqueológico de Laugerie-Basse en el valle del río Vézère.
En 1867 se descubre otra estatuilla de marfil en la cueva de Trou-Magrite (Francia), cuyo aspecto es mucho más tosco que la anterior. Entre 1867 y 1868 se da a conocer la célebre plaqueta grabada de «La mujer y el reno», también hallada en Laugerie-Basse.
Estos hallazgos precedieron al descubrimiento de uno de los más importantes conjuntos de venus paleolíticas esculpidas en marfil, halladas en 1892 en la cueva del Pape de Brassempouy (Bélgica). Figuras que fueron las precursoras de todas las representaciones femeninas que se extendieron por toda Europa.
Del sexo invisible al sexo visible
- Olària, en su trabajo monográfico Del sexo invisible al sexo visible. Las imágenes femeninas postpaleolíticas del Mediterráneo peninsular (2011), concede a las figuras femeninas dos tipos de roles: socioeconómicos y rituales. Según las funciones en las que se representan, establece tres categorías.
– Reproducción: embarazadas, parturientas, amamantadoras y cuidadoras.
– Producción: recolectoras, horticultoras, vareadoras, apicultoras, herbolarias, pastoras, ordeñadoras, porteadoras y tejedoras.
– Mitos y ritos: amortajadoras, sanadoras, chamanes y curanderas.
Tesis de Dean Snow
Un trabajo reciente analiza las figuras de las mujeres por el tamaño de sus manos en las cuevas. Dean Snow, de la Universidad de Pensilvania, ha realizado un estudio de las mujeres en las cuevas de España y Francia, indicando que la mayoría están hechas por mujeres,.
Este resultado lo ha obtenido al comparar el tamaño de los dedos de grabados entre 12.000 y 40.000 años de antiguedad hechos con la técnica del soplado. La diferencia entre los dedos se la facilitó un biólogo, Manning, que señaló la diferencia en la longitud de manos entre los sexos. Las mujeres suelen tener el dedo índice y el anular de la misma longitud, mientras que en el hombre el anular suele ser más largo que el índice.
Cueva de las Manos. Santa Cruz. Argentina.
El estudio incluye medidas de 32 huellas, incluidas 16 de la cueva de El Castillo (España), 6 de las cuevas de Gargas y 5 de Pech Merle (Francia). El análisis determinó que esta estadística tiene una exactitud de un 75% donde las manos eran de las mujeres, el análisis de Snow determinó que 24 de 32 manos (el 75%) eran de mujeres…
Réplica del biólogo R.Dale Guthrie
No todos están de acuerdo; por ejemplo, el biólogo R. Dale Guthrie llevó a cabo un estudio similar de las huellas del Paleolítico. Su trabajo, que se basaba principalmente en las diferencias en el ancho de la palma y del pulgar, determinó que la mayoría de las huellas eran de chicos adolescentes. Según él, los adultos no lo harían por considerarlo peligroso, aunque los hombres jóvenes sí, por ser más atrevidos.
Whitley añade que este trabajo pudiera ser realizado por chamanes, muchos de los cuales podrían ser mujeres, más conocedoras de las plantas y los ungüentos curativos.
Medición de la longitud de los dedos
Dean Snow ha medido la longitud de los dedos sobre todo la del dedo meñique con el índice y el anular y el volumen de la mano y lo ha comparado con un algoritmo, que arroja la conclusión de un arte hecho por mujeres.
En el estudio concluyen que las primeras pinturas sobre caza estaban realizadas por hombres, ya que ellos eran los cazadores y recolectores, pero no se contemplaba que las mujeres eran las que se quedaban en las cuevas y despiezaban y cocinaban las piezas de caza, por lo cual esto hace pensar que fueran ellas las artífices y repensar este planteamiento inicial, da un giro a la historia.
Hay manos en muchas de las cuevas prehistóricas desde las del Castillo, Altamira, Atapuerca, hasta Pech-Merlé, Beissac, Australia, Africa, Argentina y Borneo entre otras muchas…
Las huellas, los selfies de la prehistoria
Nos hace preguntarnos sobre el significado de la huella; ¿un asunto de autorrealización o de identificación?. Un significado esencial de la identidad del arte, de reconocimiento, de impronta.
Es un rasgo expresivo del arte se estampa la mano por ser su herramienta y su uso para realizar las labores que desempeñaban.
Tal vez el sentido de la identidad pudiera retrotraerse a ese momento, y las huellas serían algo así como autorretratos, como los selfies de la prehistoria; o quizás indicasen un sentido de la posesión: esto es mío, lo he hecho yo. Por lo tanto es una cuestión de permanencia en el lugar, en su acontecer nómada por ellas.
Papel de la mujer en el arte prehistórico
Hubo un tiempo en que la mujer fue considerada una diosa. Las superestructuras religiosas estaban dominadas por ella.
La figura femenina se erige como primera representación artística del ser humano, materializada en las archiconocidas venus paleolíticas, interpretadas tradicionalmente como diosas-madre, símbolos de la fertilidad y la fecundidad. Ese rango de divinidad traspasó las fronteras del arte paleolítico, y en el arte neolítico las representaciones femeninas eran consideradas diosas propiciatorias de la caza o de la agricultura y grandes damas.
De lo que no cabe duda es que las mujeres no se han tenido en cuenta en el estudio de estas civilizaciones como creadoras, y son un punto esencial de colaboración en el trabajo creativo como argumenta Snow. No se trabajaba independiente del hombre, sino que todos formaban parte del grupo y como tal, se complementaban. Las mujeres han tenido un papel fundamental desde los primeros asentamientos, y la tesis de Snow lo corrobora, tal vez si modificamos el orden de su importancia, la historia se pueda escribir de una manera más equitativa y el arte la tome de referncia desde sus orígenes.
Hola, Cristina, me parece muy loable tu propuesta de relectura sobre la autoría del arte Paleolítico. Yo también estoy totalmente de acuerdo en reivindicarla. Pero cuidado, hay varios datos científicos incorrectos en tu artículo, como la datación del arte rupestre en 300.000 años o la ubicación de Brassempouy que está en Francia y no en Bélgica. Por otro lado, hoy en día se discute que las mal llamadas “venus” paleolíticas sean representaciones de divinidades y, desde luego, mal que nos pese, no podemos afirmar algo tan aventurado como “Las superestructuras religiosas estaban dominadas por ella.” Saludos, María José