Hyuro, fuerza y denuncia
La artista urbana argentina Tamara Djurovich, conocida como Hyuro, falleció el pasado jueves 19 de noviembre en Valencia.
Era una de las pocas mujeres muralistas que ha trabajado internacionalmente llenando muros con su historia personal en Brasil, Francia, EEUU, México, Túnez o buena parte de Europa.
Y lo hizo con la fuerza de su obra, denunciando en cada intervención un sistema patriarcal que sigue constriñéndonos.
Valencia, lugar de resistencia y reconocimiento
En Valencia ha actuado en los barrios de El Cabanyal, donde rindió homenaje a la activista y teórica del urbanismo Jane Jacobs.
También dejó su impronta en La Punta. Hyuro participó en el proyecto Sense Murs, en el barrio de la Punta, con la figura gigante de una mujer defendiendo la huerta con tomates.
Aun se puede ver su intervención en la fachada del edificio de La Base (el espacio cultural del barrio de la Marina), donde realizó una de sus conocidas escenas de multitudes, basada en una acuarela suya de 2015 titulada “Delimitación del espacio público”.
Las ciudades callan y se entristecen con su desaparición, aunque sus obras serán la manera visible de dejar su huella. Su rastro por el paso del tiempo en nuestras memorias, con esas historias llenando los muros de belleza.
Murales interactivos Mujeres de ciencia
Aparte de estas dos obras, llevó a cabo un proyecto muy interesante de mujeres de ciencia, elegido mejor proyecto divulgativo del año impulsado por la Politécnica de Valencia, y que fue escogido mejor proyecto de divulgación científica por la Red Nacional de Unidades Cultura Científica y de la Innovación (UCC+i).
La iniciativa “Murales interactivos Mujeres de ciencia”, cofinanciada por la FEYT, incluye un total de ocho murales. El primero de ellos, expuesto desde febrero en el rectorado de la UPV y realizado por Lula Goce, rinde homenaje a la bioquímica española Margarita Salas.
Junto a éste, en las próximas semanas se colgarán en diferentes puntos de la ciudad más murales dedicados, entre otras, a la matemática Hypatia de Alejandría, la científica espacial Katherine Johnson, o la primera mujer que voló al espacio y doctora honoris causa por la UPV, Valentina Tereshkova.
Este proyecto también pretende rendir homenaje a la oncóloga valenciana Anna Lluch, a la oceanógrafa Josefina Castellví, a la urbanista Jane Jacobs o la ingeniera precursora de la comunicación inalámbrica y actriz de cine, Hedy Lamarr.
Feminista convencida
Activista femenina, quiso dejar una representación de lo que a ella le importaba. Concebía sus obras como un espejo, un reflejo en el que representaba su condición y sus anhelos. Muchas no tienen rostros, pero sobre todo tiene la necesidad de que las mujeres salgan adelante.
En este ejercicio de reconocimiento, nos enfrentamos con la evidencia de que lo salvaje es un estado primario en el que todos somos iguales.
Las personas que vemos en sus paredes no son nadie y somos cada uno de nosotros… las mujeres, los lobos, los niños, los enamorados…. los otros. Sí, los otros.
Combina un lenguaje es sencillo y seductor con una carga política y reinvindicativa de género que la vuelve auténtica y valiente, sin olvidar el respeto y el cariño.
Hyrou no pintó en la calle: habló con la calle. Y lo hizo con tanto respeto y cariño que somos los demás los que, al acercarnos, pintamos las paredes que ella tan solo susurró.
Entrañable Hyuro
Era una persona muy querida en Valencia, ciudad en la que vivía y en la que quiso morir tras un año de enfermedad, rodeada de hijos y amigos, con la música que le gustaba pero sobre todo con la paz y la tranquilidad que le caractizaban. Fue una mujer poderosa y calmada. ¿Podremos seguir hablando de arte urbano sin ella?
Sí. Se ha ido, pero nos deja sus muros llenos de momentos felices. En el mural aparece una mujer, con trazo serio, adusto, llenando de verdad sus obras. Un eco suyo quedará entre nosotros.
Imagen destacada: ¨Occuper des Espaces¨. Besançon, France 2019
