8 artistas del collage manual que necesitas conocer

Collage manual o cómo ensamblar
elementos en un todo unificado

El collage manual se basa en la reconversión de diversos materiales utilizados como materia prima.  Periódicos viejos, revistas, papeles de colores o embalaje, fragmentos de fotos, telas, materiales sólidos, pintura acumulada etc, se disponen sobre un espacio plano y en un cierto orden para conseguir el objetivo perseguido. A través del manejo de estos materiales se logra como resultado la creación de una composición original e imaginativa.

Aunque el collage se originara en China es a principios del S XX cuando aparece convertido en una práctica artística de relevancia resultado de las investigaciones de los cubistas Braque, Gris y Picasso. A partir de ahí el collage forma parte de las expresiones más significativas del siglo XX y XXI.

Con la llegada del collage digital pudiera parecer que tijeras y pegamento hayan quedado relegados a un segundo plano, nada más lejos de la realidad. Te presentamos 10 artistas para quienes el collage manual es forma y fundamento de su creación.

Los psicológicos collages de Chambliss Giobbi

Tras más de 15 años como compositor de música clásica Chambliss Giobbi (Nueva York, 1963) volvió su creatividad hacia las artes visuales.  Realiza collages figurativos desde dos posiciones claramente definidas, por un lado, según é mismo dice, son objetos de mutación psicológica y física. Por otro, testimonios del intenso cortejo que se establece entre artista y modelo.

Sea como fuera sus piezas, ora planas ora tridimensionales parecen reflejar el compleja psique del autor, como si pretendiera darnos a conocer su personal visión del caos a través de cada uno de sus complicados personajes.

Chambliss Giobbi toma cientos de fotografías de cabezas, brazos, piernas, trozos de rostros y los conjuga para conseguir una imagen densa, recargada y primitiva en la que el movimiento aparece como por ensalmo.

Una oscilación fracturada que convierte a sus protagonistas en algo cercano a lo monstruoso y que sin embargo, despiertan en el observador una inevitable empatía. Todos tenemos algo de engendros en nuestro interior, nos guste verlo o no. El hecho de que el autor lo saque al exterior puede no parecernos estético aunque quien sabe si no será fruto de una buena salud mental.

Retratos en los que hombres y mujeres exponen su yo a través de la mirada, concentrada, catártica, profunda… de forma que el observador se siente atrapado en ella. También asaltado por la duda de si estará mirando algo que no deba, algo demasiado íntimo. Como si de un inoportuno voyeur se tratara.

Y aún así, esa forma de exhibición pudiera parecer buscada por el propio Giobbi para hacernos pasar por testigos directos de un momento íntimo digno de ser observado.

Lynn Skordall. Absurdo divertimento

Empezó tarde en esto del collage, tras toda una vida dedicada a la abogacía  dio un giró total en el momento de la jubilación. Será a partir de este momento cuando Lynn Skordal se vuelca en el mundo de la combinación de imágenes.

Realiza el proceso de la forma tradicional, tijeras, pegamento y mucha imaginación. Imágenes recortadas de fotos antiguas, revistas, papeles de colores, libros antiguos o internet  acopladas mágicamente a pesar de su falta de relación entre sí.

Amalgama todo para conseguir un trabajo con un toque humorístico con el que nos presenta distintas realidades. Un contador de historias que en vez de la palabra utiliza la imagen, o mejor dicho, la conjunción de imágenes para trasmitirnos una narrativa que, en ocasiones, roza el absurdo y una deliciosa acidez digna de ser degustada.

Las expresivos y rasgados collages de Derek Gores

Diseñador de éxito (entre sus clientes se encuentra desde Lenny Kravitz o Madonna a Adidas, Virgin, Harley Davidson) e ilustrador reconocido por sus trabajos dispares y deliciosos, Derek Gores (Nueva York, 1971) es, además o sobre todo, collagista; y esta es la parte de su obra que traemos aquí, una obra en la que parece rendir pleitesía a la figura femenina y al cine.

Con su técnica manual, recorta, o más bien rasga todo tipo de revistas, periódicos y páginas impresas para componer imágenes llenas de expresividad en las que parece haber reinado por momentos el caos. Porque Derek Gores a veces planifica meticulosamente la obra, para dejarse llevar otras por el desorden más absoluto, por la casualidad más incondicional.

Su técnica no puede considerarse completamente manual puesto que utiliza herramientas digitales, bien para realizar una primera composición de la imagen que quiere conseguir, bien para crear texturas digitales que luego imprime y recorta.

Es impresionante verle trabajar, cómo va colocando papelito tras papelito hasta obtener la imagen deseada, retratos en los que la expresividad sobresale del lienzo, cómo puede llegar a componer ese gesto, esa mirada, es una verdadera incógnita.

Sensualidad, elegancia, hasta visceralidad se puede encontrar en sus retratos, protagonistas que nos observan desde esos pedacitos con una mirada comprensiva y un punto irónica; gestos que trasmiten movimiento, impregnados de color y modernidad.

Los collages 100% analógicos de Joe Webb

Este diseñador gráfico comenzó a hacer collages para desconectar del ordenador. Joe Webb  (Londres,1976) utiliza revistas de época que él mismo colecciona y unas tijeras para crear imágenes en las que transforma la escena original en algo mucho más surrealista. Así arroja ideas nuevas sobre el mundo en que vivimos, ideas que no escapan a la crítica y la ironía, siempre con una estética vintage que enamora.

Con un sentido del humor eminentemente gráfico Joe Webb, sencillo y a un tiempo provocador es especialista en trasmitir mundos paralelos empleando apenas dos imágenes sin permitirse para ello retoque digital alguno.

Completamente alejado de la tecnología en su producción ha sido precisamente su Tumblr el que convirtió a su obra en un fenómeno viral, un autor que confiesa que,los collages le permiten unir ideas en muy poco tiempo, y ya que no tiene demasiado, es la mejor técnica que puedo encontrar para crear.

Barry Kite. Revertir lo clásico para crear delirantes collages

Propietario de la galería Aberrant Art, que es como, por otro lado, él mismo define su trabajo, Barry Kite (Chicago) se ríe del mundo y nos invita a reírnos con él, mientras dota de contenido a sus collages con parodias socio-políticas.

Como muchos collagistas lo que antes encontraban en libros y revistas viejas ahora lo hallan en la red. Imágenes que, cual moderno cocinero, deconstruye para luego recomponer en una obra eminentemente narrativa. Kite nos cuenta una historia sin palabras, llena de imágenes y colores, solo el titulo nos puede dar una pista de lo que quiere llegar a contar con esa composición, porque por separado cada elemento se reconoce fácilmente.

Pinturas clásicas a las que el autor suprime la severidad sin contemplaciones, nos lanza un guiño para que busquemos adonde quiere llegar. Un productivo Jackson Pollock (quien sabe si en uno de sus delirums tremens vería su obra tal como lo plasma Kite), una Mona Lisa en mil situaciones divertidas, una inconsciente Ofelia, y Van Gogh, Monet, Picasso, Miguel Angel, Vermeer, Delacroix…

Los collages fotográficos de J Swofford

J Swofford realiza collages recortando concienzudamente a mano fotografías de revistas o libros además de sus propias fotografías, tras realizar la combinación que busca, la fotografía como un objeto tridimensional, ese es el trabajo que nos presenta.

© J Swofford |  Collage manual | Arte a un Click

Muchos de sus trabajos son en en blanco y negro, sin embargo, el autor no renuncia al color, y cuando lo utiliza es de forma vibrante y simbolista.

Imágenes que parecen brotar directamente de su subsconsciente, oscuros e inquietantes montajes que nos despiertan la curiosidad, sumergirnos en sus mundos puede resultar una aventura difícil de olvidar.

El autor asegura inspirarse en la psicología de Jung, el estudio del ocultismo occidental y las mitologías de todo el mundo para construir imágenes que rozan el despropósito. Sobre todo si no tenemos la claridad mental necesaria para evitar dejarnos llevar por un submundo en el que reír, llorar, temblar, vivir o morir es todo uno.

La figura femenina eje central de la obra de Rebeka Elizegi

La obra de Rebeka Elizegi trae aires de las vanguardias de principios del siglo XX. La idea de experimentación, de ruptura, y novedad que desarrollaron movimientos como el dadaísmo o el surrealismo, lenguajes, por otro lado, inspiradores para la artista.

A través de sus collages artesanales, Rebeka Elizegi nos devuelve a ese mundo experimental y crítico bajo una mirada actual. Con sus figuras volumétricas de diversos materiales y formatos, Elizegi muestra un universo propio en el que la figura femenina también se convierte en eje central de su obra, sin dejar de lado otros temas como la diversidad de género o cuestiones de ámbito social.

Con obras de interpretación abierta, Elizegi nos plantea una imagen sin un significado definido, requiriendo así la atención del espectador, su mirada y su contexto.

Judith Supine. Amante del collage y el reciclado

La forma que tienen los collagista de contar y poner delante de nuestros ojos lo que quieren es muy especial y Judith Supine (Nueva York) es un buen ejemplo.  Consigue meternos en el mundo que él origina con las mínimas herramientas.

El autor, que comenzara como artista urbano (Judith en el seudónimo que adoptó en homenaje a su madre y con la intención de mantener el anonimato) desde 2008 se decantó por otros formatos, aunque nunca haya abandonado del todo el street art.

Con sus surrealistas collages crea personajes que rozan lo grotesco, corta, pega, retuerce, acopla y ajusta fragmentos de imágenes tomadas de revistas, libros antiguos o cualquier otro material impreso que lo mismo encuentra en tiendas de antigüedades que en la basura, obras con la psicodelia desbordada gracias al recubrimiento que les aplica con resinas en alto brillo.

Su trabajo va de la mirada erótica y llena de desparpajo a la más sutil ironía en una mezcla de imágenes sacadas de contexto a las que el artista dota de emoción y narración. Colorista y sublime la obra de Supine es, ante todo, una forma de mirar inquieta y hasta cierto punto, lujuriosa.