Arco lidera las ventas en
la mejor semana del arte de la última década
El pasado 25 de febrero echó el cierre la semana del arte de Madrid, y tras un merecido descanso ha llegado la hora de hacer balance de todo lo que esta edición del 2018 nos ha dejado desde el punto de vista del mercado. Con tal propósito analizaremos el volumen de negocio del que hemos tenido noticia hasta el momento, así como las sensaciones que galeristas, coleccionistas y artistas han trasladado a Arte a un Click.
Un año más Madrid se convierte en el gran cambalache del arte contemporáneo en España, y como cada año todo gira alrededor del perro grande que es la Feria de arte contemporáneo ARCO. No todo en la semana del arte es ARCO, mas las dinámicas y sinergias que ésta genera se permean inevitablemente al resto de ferias y eventos que cohabitan en la capital durante esos cinco días del mes de febrero.
La 37ª edición de Arco nos ha dejado “presos políticos” expulsados de la feria, y grandes reivindicaciones de una parte del sistema artístico, agraviada sin justificación alguna desde siempre, la de las mujeres. Ambos temas trascienden al fin de este texto y los trataremos sin ambages en sendos artículos en Arte a un Click. Pero si hablamos del flujo de negocio y una vez cerrada la feria se puede decir que el optimismo es la tónica general entre los galeristas presentes en esta edición. Las ventas han crecido entre un 15% y un 20%, según las estimaciones de los propios agentes, lo que para los precios de obra que por norma se barajan en una feria como ARCO son indicativo de una mejora palpable en la salud del mercado, algo que sin duda animará a los galerista a volver, o a intentar estar presentes, en la edición del próximo año.

© Verónica Ruth Frias en ArcoMadrid
En esta edición de ARCO hemos visto la vuelta de importantes galerías internacionales como la neoyorquina Alexander and Bonin and Team o la francesa Thaddaeus Ropac, topic que ya hacía presagiar lo que finalmente se ha constatado, que hay dinero en el mercado y que los compradores, alejándose del riesgo, han optado por hacer compras de artistas consolidados dentro del abanico que las galerías ofrecían en sus espacios, y buen ejemplo de ello ha sido la compra de una pieza de Jesús Rafael Soto por 800.000 euros. Entre el coleccionismo privado sobresalió como cada año el empresario norteamericano Jorge Pérez, siempre fiel a la cita madrileña.
Pero tampoco las instituciones, públicas y privadas, han querido fallarle a la feria. Y durante la misma Fundación ARCO, DKV Seguros, la Fundación Helga de Albear o el Museo Reina Sofía, entre otras, han realizado compras por valor de cientos de miles de euros. Esto no deja de ser una buena noticia, sobretodo en un país donde los grandes museos públicos siguen atados en corto a causa de los últimos coletazos de la crisis, y en el que no existe una ley de mecenazgo a la altura de las necesidades existentes.
Estas son algunas pinceladas de las grandes operaciones que se han llevado dentro de los stands de IFEMA. Pero yendo de lo macro a lo micro, debemos poner en valor el esfuerzo que en esta ocasión ha realizado ARCO para atraerse al coleccionismo nacional e internacional. Empeño que se traduce en que más de 300 coleccionistas han visitado la feria en las jornadas reservadas para profesionales de la mano del propio equipo organizador. Se ha puesto especial énfasis en el programa Young Collectors a través del cual ARCO ha “reclutado” para la feria, y para la semana del arte, a 30 nuevos coleccionistas internacionales. Y en esta misma línea de apuesta por crear un “vivero” de compradores para la feria, a través del hashtag #mecomprounaobra, ha tratado de satisfacer al comprador interesado en obra emergente ofertando obras a precios inferiores a 5.000 euros.
La alegría de los galeristas y los más de 100.000 visitantes en ARCO son indicadores de que la senda de recuperación en el sector parece cristalizarse. Y como ya he comentado esta tendencia no se quedó tras los tornos del recinto ferial de IFEMA. En el resto de ferias, entre aciertos y tropiezos organizativos, también se respiró el buen ambiente que sólo una buena venta puede dejar en este microcosmos que es la semana del arte de Madrid.
Y quizá, hablando de buen ambiente, es conveniente comenzar el repaso al resto de la semana ferial de Madrid por ArtMadrid, una feria que desde 2014 sitúa su campo de operaciones en la Galería de Cristal de CentroCentro Cibeles, espacio que empasta a la perfección con la filosofía de la feria, que es la de ofrecer a quienes la visitan aquello que buscan, que es gastarse su dinero en algo que les haga sentirse bien de forma desacomplejada. Y aún sabiendo que no es una feria para coleccionistas, y si para compradores, en la luminosa Cibeles los coleccionistas también se dejaron ver por sus pasillos… y compraron.

© Alejandro Monje. ArtMadrid
El contrapunto claro a ArtMadrid es Hybrid, la más emergente de las cinco ferias que en este bloque nos ocupan. Encajonada en la estrechez de los espacios del hotel Petit Palace Santa Bárbara, su formato de feria en hotel ha terminado siendo más interesante por el su rico programa paralelo, que por las propuestas que las galerías han podido desarrollar. Por experiencia propia se lo difícil que es llevar proyectos a los encorsetados espacios de una habitación de hotel y claramente algunas de las piezas suplicaban poder gozar de un poco de aire. Aún así, esta feria enfocada a un público joven y alejado del “establishment” ha tenido su espacio y no ha salido mal parada.

H. 109 Est_Art Space. Hybrid Art Fair
Pero si alguna de las ferias de esta semana ha tenido problemas con su ubicación ésta ha sido la feria de arte emergente JustMad. Pensada para ser albergada en la Casa Palacio Carlos María de Castro, algo que había sido muy bien recibido por profesionales y galeristas, cambió su sede a ultimísima hora a Núñez de Balboa. El cambio no sentó bien, ni a la feria ni a los galeristas, y era palpable cierta improvisación al constatar que había stands que mordían a sus compañeros de viaje cuan Tyson a Holyfield. Pero cuando antorchas y horcas ya estaban preparadas llegó el público, y con el público las compras, y con las compras los ánimos se apaciguaron mucho…muchísimo. Sabemos que por la feria se pasaron instituciones como la Fundación Lluis Bassat y que casi todas las galerías vendieron relativamente bien, y algunas… muy bien.

JustMAD
Y si para JustMad los problemas le llegaron por su sede, casi todo el mundo ha coincidido en que a la Feria de Nuevo Arte Contemporáneo Urvanity el cambio de sede a las salas del COAM le ha sentado como anillo al dedo. En su segundo año Urvanity comienza a asentarse, y después del año de estreno bajo la protección del Dios Neptuno donde todo era sorpresa y brillo, en ésta edición los galeristas confesaban que habían vendido más y mejor, lo que apunta, en mi opinión, que Urvanity es una feria con recorrido y muchas papeletas para asentarse firmemente en la semana del arte madrileña. Sólo un detalle más…en esta edición uno de los stands allí presentes era el de Durán Online Gallery, aviso a navegantes.

Urvanity Art Fair
Y para terminar, y no por ello menos importante, toca hablar de Drawing Room. Feria especializada en dibujo y que en esta edición trasladó su sede al Círculo de Bellas Artes, en el que para muchos ha sido un movimiento más que acertado. Drawing Room es una feria madura en lo formal, con una selección de galerías acertada y equilibrada. Y es cierto, desde las galerías más veteranas como Trinta de Santiago de Compostela hasta las más neófitas, aunque pujantes, como la sevillana Espacio Olvera han mantenido un gran nivel. Y, sin embargo, este tener las ideas claras y el buen hacer llevado a cabo no se ha visto recompensado, al menos del mismo modo que otras ferias, con la llegada del público. Estoy convencido que manteniendo esta línea de actuación y con pequeños retoques a la hora de interrelacionar la feria con su contexto, ésta seguirá siendo una apuesta segura en la semana del arte madrileña.
Y aquí termina este pequeño análisis de lo que fue esa vorágine de entre los días 20 y 25 en la que Madrid se vistió de Arte. Seis días en los que hemos podido tomar el pulso a este universo que nos apasiona, y plasmar en esta mirada de soslayo la riqueza que la semana del arte le ofreció a Madrid y a todos aquellos que la visitaron. El arte Contemporáneo, que necesita un MARCO solvente, fuerte y donde las decisiones se tomen por profesionales, nos ha dejado al menos el dulce regusto de la reactivación de un mercado aletargado en los últimos años.
Iñigo Rodríguez Román
@Inhigo_R