Carmela García recrea distintas realidades en el Casal Solleric
La simbólica galería de retratos de Carmela García
Carmela García (Lanzarote,1964) fiel a su posicionamiento social como mujer y feminista presenta I Want to be. En la muestra, que puede verse en el Casal Solleric hasta el 30 de noviembre, recrea retratos que la fotógrafa americana Berenice Abbott hizo en los años 20 y 30 en París a un grupo de artistas que marcaron el debate sobre la mujer moderna a través de su actividad artística y social y su forma de vida.
Mujeres como Eileen Gray, Telma Woods, Marie Laurencin, o Tamara de Lempicka entre otras desafiaron los convencionalismos sociales y la jerarquía dominante en torno a lo masculino y lo femenino. Un discurso que sigue perfectamente vigente hoy en día y que la autora ha sabido reflejar en cada imagen.
Tan necesario por lo artístico como por lo social, el trabajo de Carmela García aborda la ficción para situarse en los límites de la realidad, capaz de ponernos a prueba a la hora de determinar lo que entendemos por real y lo que no.
Su continua investigación sobre género e identidad la colocan entre las artistas cuya obra sigue siendo hoy en día enormemente necesaria.
En la entrevista que concedía este año al proyecto Mujeres Mirando Mujeres explicaba sobre su proceso creativo “Siempre parto de la duda, me voy adentrando en los temas de manera intuitiva y a veces azarosa hasta que el proyecto va tomando forma. Tomo notas, me informo, guardo imágenes y voy llenando cuadernos de forma bastante caótica. Cuando el proyecto ya tiene, por así decirlo, una entidad soy más expeditiva y minuciosa, me gusta preparar mucho las fotografías, buscar ayuda, tomarme mi tiempo, trabajar sin presión.”
Una iconografía actualizada
Siguiendo su planteamiento de reescribir/releeer la historia, la autora nos propone esta galería de retratos de artistas, amigas de su entorno a las que fotografía y sobre las que aplica su mirada.
Evidencia así cómo los convencionalismo a la hora de configurar la imagen crean identidad. Y cómo al recrearla se genera conocimiento sobre el pasado y una reflexión sobre la producción de identidades nuevas.
Sobre ello la propia artista explica “Me apropio de su trabajo, lo llevo al presente y saco una iconografía renovada en relación a la identidad de género y con personajes que están en una transición entre los géneros establecidos, masculino y femenino”.
El Casal Solleric ha reservado su sala en la planta baja para la fotógrafa. El blanco de las paredes resalta cada fotografía que toma vida propia inundada de luz. El gran formato sube la potencia de cada mirada, de cada gesto.
“Memoria” un imposible todavía hoy
Al entrar nos recibe “Memoria”, demostrando cómo la autora juega claramente con la ficción. La fotografía, tomada en la emblemática Residencia de Señoritas de Madrid que acogió a las primeras universitarias españolas, recrea lo que bien pudiera ser una fotografía corporativa tomada tras llegar a un acuerdo, sobre la que otras lecturas han visto una última cena.
Ficción en uno y otro caso, puesto que si a nuestra sociedad le resultaría difícil asumir una última cena compuesta por mujeres no digamos ya, una gran corporación o gobierno en cuyos mandos hubiera solo mujeres. Plantea de esta forma García la posibilidad de crear mundos paralelos y cuestionar la historia que nos han contado.
9 obras, 9 miradas
El recorrido por las otras nueve obras de las que consta la muestra invade el ánimo del espectador. La serie creada entre 2004 y 2008 nos enfrenta a la mirada consciente de la autora. Nos propone un recorrido único a través de mujeres cuyo reconocimiento no siempre ha sido el debido.
La gran Georgia O’Keefe en su postura más icónica y reconocible. La androginia de la pintora Romaine Brooks que nunca escondió su homosexualidad y que resaltaba en su conocido autorretrato. La escritora y poeta Natalie Barney, a quien llamaban La Amazona desde que con tan solo 12 años descubriera su amor por las mujeres. Un amor que tampoco ocultó.
Una Mata-Hari cuya melena cobra el protagonismo que pudo haber tenido su rostro. La pintora que se pasó la vida mirando y pintando mujeres, Marie Laurencin, para quien todo tenía un halo femenino. La mirada dura de la fotoperiodista Lee Miller que quizá tuvo tras retratar la liberación de Dachau. Una anónima Young British Girl representativa de la diversidad.
El amor que la escultora y escritora Una Toudbrige demostró por su amada Radclyffe adoptando incluso su estilo masculino como manera de hacer su identidad sexual y su relación visible. Un amor que harían extensible a sus perros con los que participaban en concursos. La resistencia y sencillez de la comprometida librera y editoria Sylvia Beach que acogió la mayor concentración literaria que tuvo París en los años 20.
Todas ellas mujeres, todas artistas, y todas comprometidas con su tiempo, con su forma de vivir y de relacionarse. Intensas vivencias, formas de vida a veces bohemias. Algunas, hay que reconocer, se lo podrían permitir gracias a su patrimonio personal. En cualquier caso Carmela García nos traslada a un momento histórico que a muchas nos hubiera gustado vivir.
I want to be
Artista: Carmela García | Web
Lugar: Casal Solleric. Planta Baja | Palma de Mallorca
Fechas: De 21 de septiembre al 30 de noviembre
Fotografía: © Aitor Salazar
@csolleric