Sebas Anxo nos remite metafóricamente al inicio con su exposición “A”
El juego de las grafías en el arte de Sebas Anxo nos invita a encontramos con el alfa, el comienzo, la letra “A” que da nombre y nacimiento a una muestra de elementos matéricos orquestados con meticulosidad para ofrecernos un viaje de múltiples posibilidades. Una exposición que podremos visitar hasta el 31 de julio en la sala Os Catro Gatos.
En el conjunto expositivo también hallamos una T perdida, como puntos que el espectador debe unir, una historia contada como aquella Rayuela Cortasiana, de capítulos inconclusos o aún sin descubrir.
Piezas-objeto, individuales, con carácter propio y a la vez, convocadas a la construcción de una lectura unitaria, con mucho de participativo en la observación del espectador. Un juego de formas, pero al mismo tiempo, una declaración de posibilidades. Un ejercicio lúdico donde la inteligencia se recrea.
Cada escultura-pieza nos remite a una situación específica, a un ánima o arquetipo relacional en la organización de sus formas y en el juego que establece con el conjunto. Como en una partitura se aprecian ritmos, momentos, estados y silencios.
Fondos, perfiles, relieves, universos simbólicos contraídos en el momento antes de la expansión, o detenidos en la atemporalidad del equilibro perfecto.
Piezas que nos hablan de una investigación técnica y hacen hincapié en el proceso, con una predominancia de lo escultórico. Organizaciones arquitectónicas, topográficas, líneas puras, formas geométricas, en su mayoría puramente abstractas, que podrían ponernos en contacto con antecedentes vanguardistas, pero que en el cálculo corpóreo y meditado de las piezas de Sebas Anxo configuran un nuevo y perspicaz registro de sólida singularidad.
La divergencia controlada de Sebas Anxo
¿Qué otros secretos guarda ésta exposición? Nos lo cuenta el propio artista:
Tu obra se desenvuelve primariamente en una investigación que va desde el collage al grafismo, paisajes y personajes al borde de la abstracción que se conjugan en yuxtaposición creando interpretaciones sintácticas distintas. ¿Cómo se vivencia todo esto en tu proceso creativo?
Mi preocupación durante mucho tiempo fue precisamente la de aprender a “templar” todos esos elementos que intervenían y aún intervienen durante el proceso de creación, desde la parte material y técnica, hasta la gráfica (figurativa o no).
Hace tiempo, sobre todo en la preparación de algunas exposiciones, comenzaba los primeros compases en el soporte con una suerte de gestos pictóricos, improvisados a veces, o estudiados otras con motivos repetidos y ensayados, generalmente abstractos.
Luego se transformaban muchas veces en un “detritus” y una amalgama de papeles y materiales que me servían para recomponer imágenes nuevas en un redescubrimiento que me ayudaba a reforzar la investigación gráfica intensamente. Esto me resultaba propio, cercano y me servía como generador para todas las restantes partes del proceso.
En cierto modo me servía tanto para un cuadro como para una serie. Junto a la observación pausada impuesta durante parte de la construcción de la imagen y en paralelo a las elecciones finales de la composición, me hacían testigo de una vorágine de acciones que algunas veces era difícil de sistematizar.
Desde una apuesta por la belleza de lo azaroso, resultado de las técnicas mixtas utilizadas largo tiempo, como desde la propia inercia de un trabajo bien estudiado y hecho, siempre me interesó ampliar en lo posible la riqueza material y gráfica del cuadro, siendo consciente de que la apuesta por una profusión de elementos darían un resultado “barroquista” a la imagen final, a la serie o a toda una exposición pero también a una apertura posterior reflexiva sobre otros campos estéticos.
Nunca lo he negado y durante largo tiempo todo esto no me ha importado mucho, pero es verdad que durante estos últimos cinco años en los que me he replanteado mi propio proceso he intentado identificar aquellos momentos clave más interesantes que ocurren en el taller para que la obra obtenga mayor relevancia o el trabajo sea más digno y fructífero. Esto no significa perder de vista los aspectos que me identifican como creador si no incorporarlos al proceso creativo después de la reflexión.
Apreciamos en tu arte una marcada reivindicación de lo matérico, de los sentidos, el trabajo con el color como revelador de presencias y discursos pertenecientes a un universo íntimo y personal. ¿Puedes contarnos cómo se configura ésta identidad en tu trabajo creativo, qué es lo que te lleva a esta singular elección?
Durante parte del proceso de creación surgen muchas posibilidades plásticas que son las que ocuparán el espacio pictórico o el expositivo incluso. Es en las fases intermedias del proceso en las que se dan el “dónde y el cuándo” configurar las piezas que uno construye, dándole un sentido homogéneo dentro de la heterogeneidad que planteo al comienzo, o una preponderancia a alguno de los elementos.
Es cierto que tanto ahora como antes lo matérico ha estado muy presente en mi obra, pero es justo en este momento intencionadamente lúdico y de reinvención en lo procesual, en el que he querido destacar la parte matérica de las otras posibilidades que concurren en el proceso.
El uso del color tiene una clara intencionalidad personal o simbólica, también lo he usado desde un punto de vista estético, e incluso como elemento puro y remarcable del proceso creativo.
En esta ocasión en la obra producida para “A” el color tiene una nueva conciencia. Le he dado un cariz suave y contenido para no interrumpir la decisión de destacar o traer a un primer plano la madera de la mayoría de las piezas. Eso sí, he intentado incluirlo sin perder la oportunidad de que fuese un elemento definidor individual y del conjunto.
También diría lo mismo de los trazos o grafismos que también están presentes en la exposición. Por lo tanto aquí el color no está solo al servicio de la forma, si no acompañando a la materia.
Materia y forma desde un abordaje experiencial y lúdico.
¿El peso de tu obra se situaría entonces en un trabajo procesual? ¿Cómo se generan esas múltiples capas de significantes, color y materia?
Creo que uno debe ser consciente de la importancia y de las consecuencias de lo experimental si apuesta por ello sin que esto suponga perder una posición lúdica en el taller.
Lo serio no está reñido con el juego artístico. Precisamente en el ámbito procesual, el “descubrimiento” ocurre cuando se prueba y se arriesga, cuando uno se compromete a “jugar en serio”.
En realidad, todas las capas devienen del proceso y todo el conjunto crece según las decisiones tomadas en el transcurso del mismo. En concreto (y como ejemplo), en el taller dispongo de diferentes espacios para ir recopilando y reordenando muchas de las obras que finalmente expondré y que pueden estar en distintos estados de construcción en los que se van convirtiendo; según la necesidad, el tiempo de intervención o el interés de la pieza.
Pues bien, hay piezas que han sido “sacrificadas” en favor de otras o del conjunto, que son literalmente desechadas, o reconstruidas o reutilizadas dependiendo de factores que aparecen durante el propio proceso de trabajo y que pueden llegar a redefinir toda una exposición.
Fue lo ocurrido en mi anterior exposición cuando durante la creación de los cuadros expuestos fui subrayando los colores utilizados en una serie de tablillas que finalmente ocuparon un lugar central en la sala y que fueron expuestas en una especie de muestrario de pruebas de color.
La poética de la reutilización en el proceso creativo
En esta última muestra que se presenta en el espacio “Os catro Gatos” tu obra da un giro sustancial, ya que este componente matérico se acentúa al trabajar con la madera. Sin embargo, delata a su vez un nuevo orden, una nueva organización tanto en la composición como en el uso meditado y controlado del color. ¿Cómo experimentas esta nueva investigación en tu trabajo, puedes contarnos algo más sobre este nuevo sesgo en tu obra?
Darle importancia solamente a la materia o a otro elemento y señalarlo como elemento primordial del trabajo artístico, no llega. Hace falta comprometerse con un proceso de trabajo pausado, incluso “sigiloso” si quieres, que es donde ocurren las cosas interesantes y a partir de ahí reflexionar sobre lo que uno está haciendo.
Fue a partir de la última exposición como he dicho, que comencé a señalar como prioritario la idea de que la propia materia “paralela” creada en el transcurso de la preparación de una exposición puede llegar a ocupar un lugar central e incluso ser como en ésta el detonante de toda una exposición, reivindicando así su importancia en la construcción de las imágenes que contemplamos.
Las maderas tratadas a modo de “objetos de juego” fueron previamente elegidas a partir de los deshechos que un artista de restauración de imágenes religiosas tenía en su taller.
Yo reutilizo esas maderas descartadas como quien recoge el testigo de su acción previa. A su vez, este es el gesto detonante o germen de toda la exposición, pues intervenidas mínimamente, son las que dan pié a toda las demás obras, iniciando así un complejo trabajo que dura un año.
De este lugar comienzan a aparecer otros nuevos entramados constructivos a partir de ese material donde intento preservar las calidades de los tacos y su forma pero sin subordinarlo al modo de un muestrario, si no que busco un lugar en el que la forma, la textura y el color bien natural o bien colocado permitan un redescubrimiento del propio objeto y del material.
Las cualidades intrínsecas y la relación de unas con otras forman parte del propio proceso que no para de ramificarse a medida que transcurre el tiempo. Aquí radica en parte lo novedoso si lo hubiere, pues lo expuesto es consecuencia y resultado también de lo investigado, no solo de lo organizado formalmente. Esto lleva a que el conjunto expositivo se configure como una obra en sí misma y en ilimitada evolución.
“A”
Artista: Sebas Rozas | Web
Fechas: Del 24 de Junio al 31 de Julio de 2017
Lugar: Os Catro Gatos | Santiago de Compostela