© MasauR © Tamara Jacquin | Centro Les Aules Espai Cultural Obert | Arte a un Click

¿Realmente evolucionamos? MasauR y Tamara Jacquin nos hacen dudar

10 May 2017

El largo viaje del Beagle según MasauR y Tamara Jacquin

Evolución, revolución, involución son los supuestos de los que parten las artistas MasauR y Tamara Janquin. La exposición puede visitarse en el Centro Les Aules Espai Cultural Obert en el marco del ciclo Memorias Corporales comisariado por MARTE.

La muestra toma el título del velero que llevaría a Charles Darwin en su primer gran viaje. El HMS Beagle trasladó al científico por tierras allende los mares durante cinco años.

La premisa darwiniana de que “todos los organismos vivos comparten antepasados comunes y por lo tanto están relacionados entre sí por un proceso de evolución modificada” llevaría a suponer que los cambios no son aleatorios sino que vienen determinados, como argumentaria Jean Baptiste de Lamarck, en respuesta a desafíos ambientales. Modificaciones que son heredadas por la siguiente generación.

Sin embargo, hoy en día muchos científicos difieren de este pensamiento. Consideran que deja fuera cuestiones evolutivas importantes. Con el nacimiento de la teoría sintética se plantean nuevos aspectos en los que basar la evolución. Y en esa línea se mueve MasauR.

MasauR

La artista reflexiona sobre el papel de los procesos evolutivos en la actualidad, el origen de rasgos completamente nuevos, la posibilidad plausible de una herencia que no dependa del ADN. Incluso cómo la propensión a evolucionar, puede cambiar durante el curso de la historia.

Las fotografías que vemos en la muestra comparan actividades de adecuación al medio natural en épocas prehistóricas, a través de impresiones cerámicas con imágenes intervenidas digitalmente. Imágenes de situaciones paralelas que vivimos hoy.

MasauR presenta en la muestra dos de sus series Doubting Evolution y Nowadays. Tal como nos comenta la autora “En el fondo ambas series hablan de la involución del ser humano, de la pérdida de valores reales y del incremento de necesidades absurdas”.

Intervenciones con las que la artistas evidencia cómo nuestros comportamientos no son tan distintos de los de entonces. ¿Y si hemos retrocedido en vez de avanzado?

Y así, un lobo acecha, insolente, el lugar de descanso del humano. Sin empatía ni conmiseración alguna. Porque puede. Porque está en disposición de hacerlo. Y mientras, el humano, sigue considerándose seguro, envuelto en sus refugios de entonces, en los mucho más precarios de ahora ¿de verdad hemos evolucionado?

Y el cazador de entonces, ávido de sangre y carne, necesitado de sustento, igual que el de ahora, que busca ese alimento con denuedo. Quizá “enganchado a él”.

Basta una mirada para observar la fuerza del trabajo de MasauR. La intuición de que hace gala. Su capacidad de trasmitir hace que acabemos preguntándonos ¿de verdad hemos evolucionado?

Porque si nuestro supuesto talento para aprender, ese del que tanto nos gusta hacer bandera, existe ¿cómo seguimos pareciéndonos tanto a nuestros ancestros? ¿no será que involucionamos?

Tamara Jacquin

Partiendo del concepto de reificación, esto es, conferir humanidad a un objeto o restársela a los seres humanos y sus relaciones sociales, convirtiéndolos en cosas, Tamara Jacquin (Chile, 1986) nos enfrente a la dificultad que tenemos para evitar llenar nuestras ausencias a base de dotar a nuestro cuerpo de condicionamientos sociales.

El concepto, vinculado a las nociones de Marx de alienación y fetichismo de la mercancía es reinterpretado por la artista para plantearnos hasta donde pueden los objetos modificar nuestra evolución como seres sociales.

El cuerpo como principal impulsor de su obra es utilizado por Jacquin para indagar y componer una crítica lucida de nuestra sociedad.

Al aplicarlo a la imagen corporal, el cuerpo, cosificado nos cuenta de evolución, de vivencias, de la historia.

Jacquin crea estructuras de madera aparentemente pesadas y claustrofóbicas. Sus Arquitecturas Corporales son una evidencia de cómo la sociedad nos comprime a través de nuestros cuerpos.

Y así encontramos el “vestido” que conforma su Arquitectura Corporal IV. Trasciende la idea de indumentaria para convertirse en una carga que soporta, que constriñe su yo personal en favor de su yo social, el políticamente correcto.

O sus estructuras desestructuradas, armaduras móviles que nos empujan a deshacernos de las propias, o cuando menos, a plantearnos hasta donde estamos dispuestos a dejar que sea la sociedad la que decida por nosotros, por nuestros cuerpos.

Jacquin y MasauR nos conducen por caminos distintos hasta el mismo lugar, nosotros construimos nuestros cuerpos, lamentablemente no en función de nuestros deseos sino en función de los intereses sociales.