Hay un dolor en el pecho, que es dolor pero no duele,
que es como un golpe seco pero sin golpe,
como un ataque de asma pero con oxígeno natural.
Así parece sentirse Miranda Meeks mientras crea, porque igual que ese dolor, que es pero no es, es su pasión por lo oscuro, por lo oscuro que es y a la vez que no es, por lo sombrío, no como fórmula de perturbación sino como unidad de misterio y belleza.
Sumergirnos en sus ilustraciones es como entrar en un mundo en el que, a pesar de lo aparentemente lóbrego nos sentimos seguros, quién sabe el motivo. Universos intensos en los que perdernos sabiendo que siempre estaremos a cubierto, protegidos por la belleza que desprenden sus creaciones.
Composiciones en las que no faltan animales, expresivos, naturaleza viva y mil historias secretas dispuestas a ser reveladas por el espectador, historias que quieren saber de ese observador, sobre lo que guarda dentro de si, eso será lo que vea ¿porque donde está la maldad? ¿la oscuridad? ¿en lo que existe o en la mirada de quien lo ve?
© Miranda Meeks | Web | @miranda_meeks