El arte digital de Robin Isely se mueve entre el surrealismo, la belleza y lo grotesco. Composiciones que parecen ser inspiradas por todas las épocas, un viaje que podría empezar en la mitología y las diosas romanas siguiendo por el gótico victoriano, el romanticismo de los años veinte, la sensualidad sin filtros de los incandescentes años sesenta para llegar sin detenerse hasta la era ciborg.
Féminas y animales o animales y féminas que adoptan la misma actitud a la vez que se complementan llegando incluso a convertirse en un híbrido perfecto y equilibrado.
En estas composiciones me parece ver a Bill Domonkos, tal vez sólo sea una percepción personal, pero no puedo evitar encontrar cierta similitud. Entre la angustia, la belleza, el erotismo tétrico y el avance tecnológico, Robin Isely se sirve del blanco y negro inventando mundos surrealistas que se atreven con el misticismo y el erotismo pasando por lo extravagante y esperpéntico.
© Robin Isely / Web