Cuerdas, pintura corporal, polvo, agua y sobre todo mucha ansiedad es parte de lo que se puede encontrar en la obra de Kavan Cardoza aka Kavan The Kid (EEUU), fotógrafo y director de vídeos musicales que utiliza la imagen como terapia.
Color contrastado, fondos negros, agresivos, personajes dolientes, extremos y esos lugares, elegidos como si fueran el conjuro necesario para obtener el resultado que desea.
Kavan The Did mezcla mundos irreales, mitología y sueños para crear composiciones que bien podrían pasar por escenas salidas de un tortuoso sueño o de la mente atormentada de un demente. Insania calculada que se muestra en expresiones viscerales, incluso violentas y cierta ira psicótica pero lúcida.
Rostros que por ocultos no se expresan menos, manos que atenazan, suplican, abrazan, cuerpos que se retuercen, que huyen, rituales que se confunden con alguna oscura magia, piel y sangre derramada.
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