Inge Prader (Dinamarca) reinterpreta con su fotografía a Gustav Klimt para una campaña para la lucha contra el Sida organizada por el Ayuntamiento de Viena. En la serie reproduce lienzos de la “época dorada” del pintor, sensuales cuerpos envueltos en ornamentados detalles con los que crea composiciones provocadoras y llenas de energía.
Si Klimt practicó el desnudo femenino como tema recurrente, la fotógrafa ha seguido sus pasos, y con la sexualidad femenina como fondo y contenido nos traslada una mirada llena de erotismo donde el cuerpo masculino adquiere cierto protagonismo. No faltan figuras de músculos en tensión y escenas que van de la batalla más adornada al abrazo más goloso, como tampoco se eluden las representaciones del diablo con hombres de cabeza de carnero.
Cuerpos entrelazados, luces y sombras, y mucho dorado para conseguir que la obra de Klimt abandone las dos dimensiones en pro de una tercera que marca el cuerpo como lo que el mundo representa para nosotros. Una obra que nos genera desbordantes sensaciones y el deseo de formar parte de ella, de ser, aunque sea por unos instantes protagonistas de tanta belleza.
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