Conocí a la Galería silvestre en la última edición de MARTE, su directora, Vanessa Silvestre trasmite su amor por el arte sin perder de vista que, como galerista, su función es vender.
En su sede de Tarragona se puede ver hasta el 6 de abril, Baixas Frequências la exposición del pintor Martinho Costa se apoya esta vez en los espacios nocturnos que visita regularmente. Trasformados ahora en pintura, por que según aclara “Solo a través de la pintura estas imágenes podrían ser finalmente reales”.
Tomando como base las “Baixas Frequências” en la música electrónica, esas que se sienten directamente en el cuerpo, vibraciones que llenan todos lo sentidos que el autor ha utilizado para reproducir en sus lienzos, él mismo explica su proceso: “Son texturas sonoras producidas o recreadas por productores en el estudio mediante la manipulación de máquinas o reedición de material existente en el software de computadores. El conjunto de pinturas realizadas para esta exposición surgen todas de imágenes tomadas con el teléfono en pequeños paseos nocturnos por la ciudad. Son imágenes de baja calidad con muy poca luz. Después algunas de ellas sufren un proceso de reconstrucción en Photoshop. Este trabajo de reedición desde el interior de las imágenes nos sirve para un silenciamiento de los materiales originales. Así la luz trabajada a través de varios negros, nos posibilita la lectura, ampliando el material digital para la realidad de la pintura”.
Centrado en la pintura, la video-animación y recientemente en las intervenciones en el espacio público, Martinho Costa trata de reflexionar sobre cómo las imágenes que nos rodean se han incorporado en los medios artísticos.