A Johannes Müller-Franken (1960, Freiburg im Breisgau) el realismo le supura. En sus lienzos encontramos figurativismo o paisajismo con las mismas dosis de veracidad. Nos han llamado la atención sus óleos llenos de mujeres, jóvenes y maduras, mientras se maquillan, componen y recomponen, se viste, se arreglan….. Si no fuera porque hemos ido más allá, hubiera resultado, cuando menos, llamativa la temática.
Sin embargo, el autor deja en cualquiera de sus obras algo patente. La imperiosa necesidad de plasmar la sensualidad que hay en el mundo; aunque ante sus pinturas se pueda hablar de hiperrealismo el propio autor ha dicho que no pretende pintar el mundo tal como es. De ahí que la sinceridad de la obra de Johannes Müller-Franken resulte aún más elocuente; cada uno ve el mundo con su propia mirada, ya seas artista o no, incluso la mirada del artista no coincide la mayoría de las veces con la del observador, por más realista que sea el trazo. Fundamentalmente porque lo que no coinciden son las emociones, percepciones distintas en función, no ya de quien mire, sino del momento concreto en que se esté mirando; de no ser así la obra perdería gran parte de su cometido
Quizá por eso, Johannes Müller-Franken nos coloca ante su imaginario mundo lleno de erotismo y voluptuosidad, instantes suspendidos en el tiempo, momentos de laxitud y sinceridad. Composiciones con todos los detalles estudiados y colocados en el lugar exacto, los modelos, el escenario, el vestuario, todo controlado por el autor buscando esa transmisión de sensaciones que pueden aparecer o no, en espera de que sean advertidas como reales; que llamen al deleite.
© Johannes Müller-Franken | Web
Mila Abadía | Jose L. Calleja