Pintura, escultura o instalación son algunas de las disciplinas en las que se desarrolla Mikel Glass (EE.UU) alimentos voladores, objetos cotidianos que cambian de uso, muñecas ya desechadas o escenas del Renacimiento con personajes incoherentes son parte de su narrativa y con todo, deja su impronta en el mundo del arte indeleble y exquisita.
Impregna vida a sus naturalezas muertas recreadas con inusuales objetos y en conflicto permanente, una fórmula más para documentar la época que le ha tocado vivir; un autor visceral, creativo y crítico, capaz de cerrar la fisura entre la expresión tradicional y la contemporánea volcando su subconsciente en cada creación.
Su fuerza expresiva urde una gruesa trama entre lo terrenal y lo anímico; el autor se esfuerza hasta la saciedad para conseguir plasmar aquello que se desarrolla en su pensamiento, pretende alimentar nuestro interior, y quizá, solo quizá, hacer que nos enfrentemos a nuestros propios sentimientos.
Mikel Glass declara sentirse afín a dadaístas y surrealistas, y como a ellos le aterrar la tiranía de lo obvio, no es de extrañar que su estilo realista se retuerza cuando le aplica la pátina de la actualidad; así nos hace llegar historias que pudiera ser conocidas, unas nos traen recuerdos, otras las recordamos distintas, y aún otras las inventamos, y entre tanto el autor hace patente su lucha entre la psique que le empuja a crear, y la necesaria ejecución.
Mila Abadía | Jose L. Calleja