Hasta el 27 de septiembre puede verse en el Museo Picasso de Málaga la muestra “Louise Bourgeois. He estado en el infierno y he vuelto” comisariada por Iris Müller-Westermann y organizada con el Moderna Museet, una retrospectiva compuesta por más de 100 obras realizadas a lo largo de 7 décadas, un tercio de las cuales se exponen por primera vez, Louise Bourgeois (1911-2010) está considerada una de las artistas más influyentes del siglo XX y XXI, una creadora multidisciplinar que conjugó una obra singular y radical; más si se tiene en cuenta el momento en que vivió, un mundo en el que la mujer estaba considerada como artista de segunda categoría, seguir su línea de vida implica comprender como sus experiencias vitales dieron forma a su obra; investigadora nata y feminista afirmaba:
Durante toda mi vida de escultora he intentado hacer que la mujer dejara de ser objeto para ser sujeto activo.
A partir de sus figuras esculpidas en madera en los años 40, Louise Bourgeois experimentó con la representación de fragmentos del cuerpo humano; aunque fueron sus famosas arañas de bronce las que la llevarán a ser reconocida mundialmente; no es de extrañar que para esta ocasión se ha instado en el Patio del Palacio Buenavista, sede de la Colección del Museo Picasso Málaga, la conocida y reconocida Araña (1996) con casi 8 metros de diámetro y más de 3 metros de altura; una alegórica representación de su madre, una enorme arácnida, paciente, protectora e incansable tejedora, en directa alusión al oficio que ésta desempeñó en el taller familiar de restauración de tapices.
Cuarenta y seis esculturas de bronce, tejido, látex y aluminio, una celda y una pintura se expondrán junto a cincuenta y tres obras en papel y textiles, muchas de ellas de gran formato o realizadas en series; destaca el hecho de que casi la mitad de ellas hayan sido realizadas cuando la artista era octogenaria o nonagenaria, su capacidad, su fuerza, y su creatividad permanecieron intactas hasta su muerte.
Dividida en nueve secciones, La fugitiva, Soledad, Trauma, Fragilidad, Estudios naturales, Movimiento eterno, Relaciones, Dar y recibir y Equilibrio, la selección de obras de esta exposición engloba la complejidad de su trabajo.
Una artista para quien el arte tenía la virtud de aliviar su propia ansiedad, siempre lo consideró una “garantía de salud mental”, un lenguaje complejo y radical que abarca emociones universales y que puede llegar a ser muy directo; una obra con la que todos podemos, si nos dejamos llevar, sentirnos relacionados de un modo u otro.