Al reflexionar sobre su trabajo Michael Page dice encontrar la codicia, el odio y la guerra, y anecdóticamente, el amor profundamente arraigado en cada obra.
El pintor crítica la negligencia del humano en la naturaleza, los terribles efectos que somos capaces de generar. Perspicaz, su obra rezuma crítica política y social, una abierta censura a los pocos que detentan el poder, generalmente en detrimento de muchos.
Michael Page maneja el color con maestría, dotándolo de vida propia, respira, nos habla, con él crea oníricos paisajes, se adentra en la esencia de cada personaje, animal o humano. Sus pinturas adquieren un movimiento que parecen querer salirse del lienzo.
Formas casi abstractas en una pintura libre, de pincelada suelta y delicada, pincelada medida que pone en tela de juicio la conciencia de cada uno, aunque no sea el autor quien juzgue, eso nos lo deja a nosotros, a los que nos enfrentamos a su obra, quizá lo que pretende sea precisamente eso, hacernos dudar, hacernos replantearnos nuestras formas de vida, ver si podemos acompasarnos con la naturaleza y entre nosotros como humanos.
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Mila Abadía | Jose L. Calleja
