Fuertemente influenciada por Gustav Klimt, Maria Szollosi aka Mariska desarrolla un trabajo en el que color y fantasía se unen para dejarnos una obra llena de riqueza.
Su pintura de bellas imágenes mezcla de modernidad y clasicismo que produce intensas sensaciones. Vibrantes pigmentos componen entornos fantásticos en los que la autora se mueve con soltura y habilidad.
Rostros femeninos en los que Mariska imprime fuerza y simbolismo, rostros que atraen al espectador, que lo cautivan no ya por la belleza de sus protagonistas sino por la fuerza que desprenden, una obra que atrae, minuciosamente detallista, “obliga” a mirar una y otra vez ese elemento, ese rasgo, una pintura casi hipnótica en la que el aspecto gráfico tiene presencia y potencia.
Escenas en las que de forma “lógica” combina elementos de la naturaleza y rostros que a veces parecen máscaras como si todo fuera uno, como si no cupiera otra fórmula que ese conjunto.