Raoof Haghighi (Iran, 1976) lleva la cultura de su país natal consigo, la vuelca en su pintura y no por ello deja de mostrar un claro interés por el mundo actual, así, toma ideas contemporáneas y las combina con técnicas tradicionales.
Un autor que trabaja con diversidad de medios, desde el óleo al pastel pasando por el acrílico o la tinta, aún cuando confiesa sentirse más a gusto con el óleo sobre lienzo que tiene la facultad de permitirle maniobrar como quiere.
Raoof Haghighi sigue sus sentimientos, pinta aquello que satisface su yo más íntimo, los personajes de sus retratos aparecen vueltos hacia sí mismos, completamente imbuidos por sus sentimientos, sin dejar resquicio alguno para penetrarlos.
Con una paleta de colores suave, sin estridencias el pintor iraní nos deja una obra cargada de intimidad, la suya propia, la de su protagonista, una obra que el espectador ha de limitarse a observar, aún cuando puede también tomarse el tiempo necesario para atravesar el muro levantado, si lo consigue se ve inmerso en una vorágine de sensaciones difíciles de explicar, sensaciones que levantan la piel y los sentires.
© Raoof Haghighi | Web
Mila Abadía | Jose L. Calleja