La primera vez que ves el trabajo Jaroslaw Jasnikowski (Legnica – Polonia, 1976) te sorprende la ingravidez de sus propuestas, el realismo que imprime a sus pinturas no te impide sumergirte en mundos en los que la ciencia-ficción es materia omnipresente.
Universos surrealistas en los que el autor vuelca toda su imaginación, un coctel de máquinas fantásticas y elucubraciones mentales que te lleva hacia inquietantes historias, un fabricante de sueños, una narrativa que te empuja a continuar su relato.
Lugares en los que tiempo y espacio parecen haberse ocultado, un ahora que busca extenderse hacia pasado y futuro, surrealismo puro con una paleta de colores suave que contrasta con sus turbadoras atmósferas.
Mila Abadía | Jose L. Calleja