Chema Lopez y la violencia de la imagen en la Galería Paula Alonso

El autor nos traslada que no existe momento en que la violencia en sí y su representación estén separadas, de la misma manera que la violencia que se ejerce sobre la representación se ejerce también sobre lo real; en ese sentido la obra reflexiona sobre la construcción de lo ideológico basado en el principio de reversibilidad entre el bien y el mal y su propia legitimación del poder.

Chema López nos hace reflexionar sobre la idea de que no hay nada “despejado en nuestra mirada”, puesto que el solo hecho de mirar ya implica de por si participar en una determinada situación de poder.En el trabajo en negro de Chema López ejecutado en toda su obra se percibe la idea de lo oscuro y el miedo (Carlos Delgado Mayordomo en “Chema López y la estrategia del robo” lo llama “la poética del negro“), de esta forma en Ejecución en Efigie el mal en tanto representación del poder recurre al fuego que condena la hombre en ausencia y a su representación como sustituto.

 

A lo largo de los últimos años Chema López ha producido una obra cuyo objeto no ha sido sólo la instalación de unos discursos específicos en el mundo del arte, sino también el cuestionamiento de la mirada hegemónica. La violencia y la crueldad tienen más fácil aceptación cuando son gratuitas, en el momento en el que su significado se agota en la mera narración, que cuando abogan por una moral distinta de la dominante. En Ejecución en efigie nos acercamos a la dualidad del arte donde no sólo se nos obliga a construir una narración paralela, sino que nos apela a quitarnos las moscas de los ojos.