La Cara Oculta de la Luna. El arte alternativo de Madrid con Tomás Ruiz-Rivas en Centro Centro

Descubriendo un Madrid alternativo con Tomás Ruiz-Rivas

Esta semana hemos visitado La Cara Oculta de la Luna en Centro Centro, una muestra comisariada por uno de sus protagonistas, Tomás Ruiz-Rivas.

La Cara Oculta de la Luna hace un recorrido cronológico por un Madrid alternativo, desconocido, en el que el ingenio, la sed de novedad, de experimentación y de conocimiento llevaron al desarrollo de numerosos proyectos que reclaman hoy su papel en la historia del arte madrileño, o quizá su historia como cuerpo principal de ese arte madrileño a menudo ignorado en los relatos contemporáneos.

“No existe una narrativa histórica del arte de Madrid, que se ha identificado burdamente con el arte español. Los esfuerzos de los artistas de la capital por transformar unas instituciones permanentemente obsoletas no sólo han resultado infructuosos, sino que acabaron siendo borrados de la memoria” (Tomás Ruiz-Rivas)

La Cara Oculta de la Luna pretende así recuperar y reconstruir esa memoria de aquellos que apostaron por explorar nuevos caminos. Caminos de grandes ideas y a menudo medios escasos, en los que lo colectivo y el proceso creativo se antepusieron a la genialidad individual.

 Destapar una historia oculta

Sobre paneles explicativos acompañados por archivos de vídeo, fotografías, documentos escritos y alguna obra ocasional de gran formato, como la Cabina, de José Manuel Rodríguez de Córdoba para Poisson Soluble; Acumulación de sucesiones de bandas de protección de doble onda, de Manuel Ludeña para El Ojo Atómico;  o Indignadas de la artista peruana María María Acha-Kutscher para el Antimuseo, se nos presenta el bullicio artístico e intelectual que surgió y se desarrolló de manera independiente en el Madrid de finales del siglo XX.

Destacando ante todo su valor documental, la exposición permite en su forma centrarse en su contenido. Adquirir una vista global de ese tejido creativo, con nombres que se entrecruzan en diferentes proyectos, como es el caso del propio Tomás Ruiz-Rivas, Nieves Correa o Patricia Gadea, entre otros. La muestra se abre con Espacio P, fundado por Pedro Garhel y constituido como asociación cultural en 1984. Espacio P centró su actividad, de carácter experimental, en la performance, el videoarte y los formatos mixtos y multimedia, que combinaron con talleres, convirtiéndose así en un espacio de diálogo entre diversas disciplinas hasta bien entrados los años 90.

Otro proyectos surgidos en al década de los 80 fueron Poisson Soluble , un espacio que funcionó como nexo entre las artes plásticas y escénicas, con proyectos de carácter conceptual basados en performances, instalaciones, happenings, electroacústica, actuaciones, producción de vídeos y exposiciones; o la Galería Mari Boom, situada en el pasaje que une la calle Lagasca y el parque del Retiro. Su nombre fue tomado irónicamente del de la prestigiosa galería neoyorkina Mary Boone, lo cual creó una amplia expectación, dando lugar al rumor que de ésta abría sede en Madrid.

Los 90, explosión creativa

Los 90 se inauguraron con la Estrujenbank, primer espacio gestionado por artistas de la época, que llevaron a cabo proyectos multidisciplinares. Esta década supuso, según nos cuenta Ruiz-Rivas, “una sucesión imparable de espacios, festivales, ediciones y formatos de trabajo inclasificables que han dado cauce a lo mejor de nuestro arte.”

Por nombrar algunos destacados, Ojo Atómico fue el primer espacio dedicado a instalaciones de sitio específico en toda España; La Más Bella, un proyecto de experimentación dentro del mundo de la edición del arte contemporáneo; El Almazén de la Nave, espacio interdisciplinar que combinaba exposiciones, con charlas de filosofía y conciertos y que sería el germen de una de las principales asociaciones de artistas, críticos y teóricos del panorama independiente de la capital, Cruce.

Varios fueron los proyectos de performance y arte de acción, como la Revista Caminada. Al modo de una “revista viva,” este proyecto suponía la realización de acciones que se convertían en los contenidos de sus “páginas”, que eran espacios públicos como plazas, esquinas o solares. “Se convocaba a los participantes en un punto concreto de un barrio de Madrid y se distribuía un programa de mano con un mapa donde se explicaba el recorrido de la revista y las páginas dónde se iban a desarrollar las acciones.” (Revista Caminada, La cara oculta de la Luna, Centro Centro)

En la línea del arte de acción destacan también los proyectos promovidos por uno de los grandes nombres de este panorama alternativo, Nieves correa. Fundadora de Public Art, el Festival Internacional de Arte Raro y Performance (FIARP) y la iniciativa que cierra este recorrido, Acción!Mad, cuyo andadura comenzó en 2003.

Trabajo colectivo

Si algo destaca ante todo de esta exposición, a parte de ese espíritu innovador y la intensidad creativa, es el fuerte sentimiento de asociacionismo, de trabajo en equipo. La necesidad de crear red, la interconexión como forma de desarrollo y de supervivencia, dejando de lado los individidualismos.

La Cara Oculta de la Luna nos muestra precisamente ese tejido y esa colaboración de unos artistas inquietos, que cuestionaban lo establecido, lo correcto, sacando el arte de los límites de confort y situándolo en la vida cotidiana, en la idea, el concepto, la creatividad, la protesta, el valor subversivo, el cuestionamiento social, la ruptura de barreras y límites establecidos.

La mayoría de los proyectos destacan por su carácter efímero, por su interés en el proceso creativo como parte fundamental de la obra, por la tendencia a transformarse y reinventarse, fluctuar, y por la intensidad de actividad de artistas multidisciplinares que asumieron el papel de abrir nuevos caminos.

“En una sociedad cada vez más regulada abrimos espacios de libertad. Hicimos lo que no sabíamos hacer, incluso lo que ni siquiera nadie sabía que se podía hacer. Y lo hicimos mal según todos los cánones y normas establecidos, pero ese es nuestro principal valor: nunca recorrimos camino conocidos.” (Tomás Ruiz-Rivas)

La Cara Oculta de la Luna
Fechas: Del 20 de octubre de 2017 al 4 de febrero de 2018
Lugar: CentroCentro | Madrid
Comisario: Tomás Ruiz-Rivas
@centrocentro