Pedro Alarcón de Casa Sostoa nos cuenta como “vive el arte”

Nuestra casa, lugar de descanso, diversión, refugio y potencialmente mucho más, es ante todo algo íntimo, que a veces nos gustar compartir, y a veces guardamos celosamente, reyes y reinas de nuestra atalaya nos enseñoreamos entre sus paredes; y aún así hay quien, como es el caso de Pedro Alarcón, ha convertido su Casa Sostoa, su espacio más privado espacio en algo público, pero público solo a ratitos, cuando abre sus puertas para que los ajenos al lugar podamos adentrarnos en su mundo y en lo que tiene para mostrarnos.

En el número 142 de la calle Héroe de Sostoa de Málaga está Casa Sostoa, es el domicilio particular de Pedro Alarcón. Nos conocimos Art & Breakfast, su habitación derrochaba creatividad y reconozco que su fórmula expositiva me mató de envidia, eso de vivir rodeado de arte, de hacer que tu propia casa se convierta en espacio de producción y de exhibición….debe ser algo exquisito y sobre esas cosas cosas y su próxima exposición hemos charlado.

Casa Sostoa es el lugar donde resides ¿Cómo se te ocurre convertir tu vivienda en espacio expositivo?

Como sabéis, el leitmotiv de Casa Sostoa es la casa como centro de arte. Lo cierto es que esta aventura comenzó de forma más bien experimental, tratando de hacer algo muy cercano a los open studio, que era lo único que conocía personalmente como experiencia de autogestión.
En Málaga estábamos viviendo, por otra parte, una tímida eclosión de entornos domésticos abiertos a disciplinas como el teatro, algo que descubrí en paralelo y que sin duda fue el germen de esta idea. Sin embargo, es cierto que el concepto de Casa Sostoa pretendía desde un principio ir más allá: que no pudiese ser confundido con una Galería de Arte ni con una casa-museo. El objetivo, desde el principio, siempre fue una programación de calidad que tratase de situar el foco sobre la producción de artistas que resultasen verdaderamente relevantes en el contexto.

© Javier Map | Casa Sostoa | Entrevista | Arte a un Click | A1CExpos

© Javier Map

¿Cómo es eso de comer, dormir o ducharse rodeado de arte?

En la mampara de mi ducha sobrevive un dibujo a rotulador de Guillermo Martín Bermejo, y en el lienzo de azulejos de mi cocina conservo un mural realizado a grafito por Emmanuel Lafont. No son sino huellas de todo este proceso de comisariado independiente, en el que de forma natural mi hogar se tatúa ocasionalmente. Para mí, sencillamente, es inimaginable mi vida en ausencia de arte.

Quienes me conocen bien ya saben de mi determinación a vivir rodeado de arte. Es algo que ya estaba en mí mucho antes de la experiencia Sostoa. Años antes de aventurarme a esta locura, había empezado a convertirme en un pequeñísimo coleccionista que aspiraba poco a poco a rodearse de obras con las que convivir siempre. De forma que lo entiendo como algo natural. Solo que ahora, programando temporadas expositivas que acaban ocupando el año al completo, mi hogar cambia profundamente en cada nueva exposición, ya que inunda cada uno de sus espacios. A tu pregunta diré que es sencillamente una experiencia formidable, y que me siento un privilegiado. Esta forma de comisariado permite atesorar una vivencia del arte única, de cercanía y profundización en la obra que difícilmente me sería posible en otros espacios.

Por otro lado, estoy convencido de que el arte cumple su misión cuando se funde con la vida. Disfrutar del mismo en un ámbito doméstico nos plantea ante una realidad, la de que los creadores necesitan de la figura del coleccionista para que su producción sea sostenible, y la exposición de obras de arte en un domicilio particular no es sino el ensayo de lo que les puede deparar.

El hecho de que sea el lugar donde habitas, que sea algo tan íntimo es de imaginar que supone una mayor personalización de cada proyecto ¿su producción debe “tocarte” especialmente? ¿qué buscas en cada proyecto?. En general ¿cómo y por qué te decantas por un proyecto u otro?

En Casa Sostoa hay una cierta renuncia a la intimidad en sus claves más absolutas. Se trata precisamente de abrir tu casa a los demás, y para ello ha debido producirse un ejercicio personal muy intenso, por el que mediante algunas renuncias se alcanza la gran recompensa de vivir en un centro de arte y conocer de cerca el proceso de creación de los artistas. Obviamente, entendí desde la primera exposición que la experiencia pasaba por un arte de carácter específico, en muchos casos de intervención en el propio espacio o en el mobiliario de la casa; ofrecer el hogar como un lugar propicio para lo experimental, de forma que exponer en Casa Sostoa fuese un aliciente per se, por la oportunidad en sí misma de trabajar sobre unos supuestos que no son el contenedor aséptico.

Te pongo como ejemplo la exposición presente: Tanto Cyro García como Javier Map estaban deseando ofrecerme una propuesta que fuese más allá de colgar piezas en las que estaban trabajando. Ambos artistas se mostraron resueltos a intervenir de forma directa algunos de los espacios de la casa, siguiendo una estela que iniciaron casi de forma casual los artistas de la primera exposición. Cyro, por su parte, me pidió pintar de color dorado metálico una de las paredes del salón, al objeto de contextualizar su instalación de imágenes digitales (instaladas en las puertas acristaladas del mobiliario) y esculturas de cerámica, para lo cual tuvo vía libre. He de decir que en ese mismo lienzo de muro Javier Calleja había dibujado el año pasado un garabato gigante (la fascinante pieza Long way home), y que hace sólo unos meses Jesús Zurita realizó sendos murales en otra zona de la casa, por lo que, literalmente, esta casa es un lienzo a disposición del buen hacer de los que considero los grandes del arte contemporáneo más cercano. Javier Map, por su parte, ha convertido el dormitorio de invitados en una envolvente videoinstalación, aprovechando al límite las posibilidades del espacio.

¿Qué busco en cada proyecto? Tendría que decir, con honestidad, que lo que busco es un plantel de artistas con trayectorias firmes y coherentes; y sí, muy seguramente, mirando atrás, lo que han dibujado tres años de trayectoria expositiva en casa no es sino una línea bastante definida en torno al arte más próximo: artistas mayoritariamente andaluces en los que confío por su particular lenguaje. Mis comisariados suelen tener un hilo argumental; no es sino una de las muchas formas en las que abordar ese trabajo de selección de artistas y obras. En este caso, “A la deriva” nos muestra la preocupación por cómo la macroeconomía pone en riesgo nuestro bienestar y el medio ambiente, mediante un discurso pluridisciplinar que va del video a la cerámica pasando por técnicas ancestrales como la escultura o el dibujo.

© Cyro García | Europa SA | Casa Sostoa | Entrevista | Arte a un Click | A1CExpos

© Cyro García | Europa SA

¿Siempre comisarías los proyectos que se desarrollan en Casa Sostoa o invitas también a otros comisarios?

Lo cierto es que el latido de Casa Sostoa es mi propio interés personal por desarrollar una carrera profesional como comisario de un modo absolutamente independiente. No me cierro a otro tipo de experiencias, pero he de confesar que lo que mantiene intacta la pulsión es eso precisamente: estar al frente de este barco en todo momento, incluso “A la deriva”.

Los artistas suelen acompañarte en la exposición ¿resulta imprescindible contar con su presencia?

La presencia de los artistas en el proceso no consiste en una mera compañía: Normalmente son partícipes del proceso en que se fragua la exposición, incluso trabajando directamente en el espacio. También es habitual que se organicen eventos en los que comentan su obra o proponen algún tipo de actividad en paralelo, como performances. Obviamente, es natural que estén presentes en las inauguraciones y en esos encuentros con el público, donde se diluyen las habituales barreras que siempre nos han distanciado de ellos en las entidades museísticas y las galerías. Si hay algo prioritario en Casa Sostoa es que se hable de arte, y con quien mejor que con los artistas.

© Javier Map | Casa Sostoa | Entrevista | Arte a un Click | A1CExpos

© Javier Map

¿En algún momento te has planteado abandonar este formato y pasar a la galería, digamos, más convencional?

Obviamente detrás de Casa Sostoa se palpa el sueño de alguien que fantaseó alguna vez con la idea de ser galerista. Sin embargo, mi dedicación a la docencia desde muy pronto desactivó por pragmatismo esa idea, que finalmente metamorfoseó hasta ajustarse a otra forma de gestionar arte. No obstante, durante la temporada pasada llevé a cabo tres proyectos de comisariado fuera de las cuatro paredes de mi hogar (una galería, una sala de exposiciones municipal y un stand de una feria de arte), en los que trabajé con el mismo método, y procurando adaptarme a esos espacios desconocidos para mí. Y he de decir que la experiencia de ponerlos al servicio de un concepto, de un discurso, siempre fue fascinante.

Imagino que de apoyos institucionales ni hablamos…

Pues eso, como dices, mejor ni tocamos el tema. Casa Sostoa es absolutamente autosuficiente en todos los proyectos expositivos que ha desarrollado. Se gestiona exclusivamente gracias al trabajo particular de cada artista y al mío propio.

El sábado 15 inauguraste la exposición A la deriva de Cyro García y Javier Map, una crítica al efecto devastador que las políticas económicas tienen sobre el medio natural y la población ¿nos presentas el proyecto y tu papel en él?

Con “A la deriva” me proponía de nuevo abrir temporada con una gran exposición, ambiciosa y elocuente. En este caso, el reto estaba en partir de un asunto ciertamente político, en cuanto nos confronta con la realidad de una economía global que se encuentra absolutamente manipulada por grandes empresas multinacionales. Al principio me resultaba un tema un tanto grandilocuente para Casa Sostoa, hasta que las obras de los artistas me convencieron por sí mismas. Javier Map parte de su entorno cercano, Mazagón y el parque natural de Doñana, para situarnos frente a las tragedias naturales que ocasiona la economía cimentada en el petróleo; Cyro García, mediante el habilidoso recurso de la ironía y los juegos de imágenes y palabras, planteaba una especie de rompecabezas intelectual al que todos podemos concurrir. Digamos que la honestidad de sus propuestas, así como la convicción que las alimenta, acabaron por impulsar el proyecto como punta de lanza de la cuarta temporada.

Otra de las virtudes de esta exposición es que consigue trazar una intersección entre el trabajo de los dos artistas, como un cruce de caminos, siendo sus lenguajes tan distantes. El pulcro mapa de Europa S.A., con el flamante despliegue de enseñas transnacionales que son los logotipos de las grandes firmas, apunta hacia el salón, donde se completa el recorrido de Cyro García, que parece ir de una falsa complacencia hacia lo desolador del video Día 0. En su metraje inanimado y de tono postapocalíptico, acabamos descubriendo el poso de devastación que hay en esta macroeconomía que hunde al individuo. En una diagonal que atraviesa el eje descrito, Javier Map plantea también un itinerario desde la escultura a la video-animación, pasando por el dibujo. En su caso particular, ha utilizado el sonido en bucle de 4ª justa como especie de hilo sonoro que acaba conectando todas las piezas en un dramático requiem por el medio ambiente.

© Cyro García | Europa SA | Casa Sostoa | Entrevista | Arte a un Click | A1CExpos

© Cyro García | Europa SA

Pedro Alarcón nos anima a preguntar a los artistas sobre como han afrontado el proyecto en Casa Sostea y claro, no hemos dejado pasar la oportunidad.

Cyro García: Es fácil cuando trabajas con Pedro, tiene una visión de conjunto que le permite conectar los trabajos de diferentes artistas que terminan encajando a la perfección. Y es en esta visión de conjunto donde la obra de Javier y la mía conectan y dialogan, sin generar interferencias entre sí, sino apoyándose unas en otras llegando a generar una lectura poliédrica de la exposición partiendo del eje central de la propuesta.


Javier Map: Con muchas ganas. Casa Sostoa es un lugar en el que me apetecía mucho exponer. Ya había trabajado antes con Pedro Alarcón en Columna JM y, la verdad, me quedé con ganas de más. “A la deriva” ha sido ilusionante desde el principio, y más, si cabe, teniendo en cuenta que es junto a un artista de la talla de Cyro García. Por mi parte, he presentado, aparte de un par de dibujos anteriores, tres trabajos realizados ex profeso para este proyecto. Se trata de piezas que siguen en la misma línea argumental de lo que llevo haciendo en los últimos años, con el foco puesto en el ser humano y la incidencia de éste en el mundo. La novedad tiene que ver con la inclusión de nuevos elementos iconográficos: los barcos, el petróleo… Pero sigo hablando del fracaso del humano, del fracaso de su proyecto.

A los tres, gracias por vuestro tiempo y muchos éxitos en esta andadura, exquisita y excepcional.

A la deriva
Artistas: Cyro García y Javier Map
Comisario: Pedro Alarcón
Lugar: Casa Sostoa | Web
Fechas: Del 15 de octubre al 15 de diciembre de 2016
Imagen destacada: © Javier Map
@casasostoa

Dejar una respuesta

*