Desde que con 18 años comenzó en el mundo del grafitti bajo el seudónimo de Craola, Greg Simkins (California, 1975) no ha cejado en dejar libre su impulso creador hasta desarrollarlo de igual forma en pintura e ilustración; perspectiva, dominio del color, extraños protagonistas, fondos oscuros e imaginación, mucha imaginación son sus principales herramientas.
Un reflejo de la naturaleza que de la misma manera nos traslada a las profundidades marinas que al más frondoso de los bosques. Con sus insólitos animales, tan aparentemente fuera de lugar y sin embargo tan arraigados, como acabamos trasformados nosotros mismos cuando, por fin, nos dejamos llevar por el momento y nos permitimos sumergirnos en ese universo coral de imágenes que solo pueden tener cabida en nuestra imaginación y así… soñar despiertos.
En sus surrealistas paisajes encontramos seres imaginarios y entornos oníricos que puede llevarnos horas descubrir. Como esos grandes que nos regalan historias con solo ponernos delante un instante congelado, Greg Simkins premia nuestra confianza con poderosos cuentos, mundos ante cuya belleza caemos entregados sin darnos cuenta de lo que se esconde detrás de la niebla o la oscuridad; porque es ahí donde su magia se hace real, en la mezcla de imaginación infantil y macabra sátira.
Pájaros curtidos en mil batallas, o quizá mejor decir, en mil aventuras, ingeniosos híbridos, inocentes hadas reconvertidas en reinas mundanas y decididas, estrambóticos y locos sujetos, mires donde mires es hace patente que Craola continúa trabajando con la misma emoción que lo hacía en sus inicios.