Según el pintor Michael Foulkrod (Los Ángeles) estamos en una era pre-Blade Runner, si pretendemos ser más humanos que los humanos, si se nos pierde la empatía, si dejamos lo emocional fuera de nuestra psique, es algo con lo que cada uno ha de vérselas; en sus retratos podemos encontrar reflejada un rastro de esa falta de sensibilidad a la que parece nos estamos abocando, eso, y mucho más.
La luz, el trazo perfecto, el delicado detalle, el color contundente convierte al pintor en un mago del pincel que deja claro el centro de su creación, el rostro, enmarcado siempre por fondos que contrastan por su indefinición y sobriedad.
Michael Foulkrod se sumerge en las profundidades de cada una de sus protagonistas, siempre mujeres, fuertes, ardientes, sensuales, féminas que reproducen distintas identidades en función de lo que quiere expresar el autor, legitimadas en su protagonismo se alejan de debilidades, seguramente una visión poco realista que, sin embargo, nos gusta observar.
Escenas teatratizadas, elementos poderosos, rostros que trasmiten mil sensaciones, miradas abrumadoras, poses provocadoras, icónicas, diosas, divas, guerreras, un empoderamiento irreal que más bien parece reproducir sociedades nutridas por publicidades distorsionadas que el mundo en el que vivimos; claro que si partimos de lo primero que dice el autor de su obra, quizá nos encontremos ante las próximas replicantes, únicamente me pregunto una cosa en este caso…. ¿porqué solo mujeres?
© Michael Foulkrod | Web
Mila Abadía | Jose L. Calleja