En contacto constante desde niño con el arte, es después de estudiar arquitectura cuando se abre a distintas técnicas, escultura, fotografía, instalación, fotomanipulación y regresa a la pintura con la que se inició, y que nunca llegó a abandonar.
Pierre Fudarylí (1984, Cancún) con cualquiera de estas técnicas nos sorprende con realizaciones surrealistas, una deformación de la realidad en la que la imaginación juega el papel protagonista.
Una obra en la que se ve reflejado el humano sin tapujos, su más profundo yo, su fuerza, sus pasiones, su mortalidad, sus excesos lo que él ha dado en llamar “la realidad alterada de la energía humana”.
Un trabajo en el que no falta el erotismo convertido en una forma más de sacar a la luz todo lo que los humanos llevamos dentro, toda la potencia, la vileza, también la dignidad.
No se debe racionalizar lo irracional, el estrecho puente entre la maravilla y el miedo es lo que genera la sorpresa visceral entre obra y espectador.
Mila Abadía | Jose L. Calleja